El Área de Medio Ambiente tiene previsto iniciar hoy un plan de choque para retirar las basuras acumuladas en el cauce
07.03.2011 -
La limpieza se hará aguas abajo del CAC. ::ÁLVARO CABRERA
El Ayuntamiento ha decidido ponerse manos a la obra para paliar el grave problema de malos olores que padecen los vecinos y comerciantes del entorno de la desembocadura del Guadalmedina, el único tramo del río que tiene agua durante todo el año. Después de las denuncias ciudadanas recogidas por este periódico en las últimas semanas, un grupo de afectados mantuvo el pasado jueves una reunión con la concejala de Medio Ambiente, Araceli González, en la que ésta les informo de las medidas que va a adoptar el equipo de gobierno para dar respuesta a sus quejas.
La primera de ellas se iniciará esta misma semana, a partir de hoy, y consistirá en la realización de un plan de choque para limpiar de basuras todo el tramo final del cauce del río. Cuando la marea baja y se detiene el sistema para renovar el líquido elemento, quedan a la vista todo tipo de objetos, como muebles o carritos de supermercado, que evidencian el abandono de esta zona. Está previsto que la concejala y el alcalde, Francisco de la Torre, asistan al inicio de los trabajos para mejorar el estado de las aguas.
Emisario submarino
En el encuentro también se habló de la solución definitiva al problema de los malos olores, que pasa por la construcción de un emisario submarino que lleve mar adentro las aguas fecales que actualmente salen por un aliviadero existente a la altura del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) cuando llueve y se satura la estación de bombeo de aguas residuales existente en el puerto. Este emisario, que llevaría la salida de aguas fecales dos kilómetros hacia el mar, está valorado en unos 12 millones de euros, por lo que el Ayuntamiento ya ha mostrado su intención de pedir colaboración a otras administraciones para su financiación. En ese sentido, ha apuntado que solicitará ayuda a la Autoridad Portuaria, que también se ve afectada por las aguas fecales que salen del aliviadero, sobre todo porque vienen a desembocar a la zona en la que está prevista la construcción de un puerto deportivo, y a la Demarcación de Costas.
María Dolores Rey, una de las vecinas afectadas, anunció que los residentes de la zona van a apoyar al Consistorio en esa búsqueda de financiación de otras instituciones para el proyecto que acabará definitivamente con el hedor del río. «Les haremos ver el problema tan serio que tenemos», explicó esta vecina, quien añadió que los afectados siguen adelante con la recogida de firmas para exigir una solución eficaz.
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