El candidato andaluz descarta cualquier subida de impuestos, incluida la del IVA, defiende las privatizaciones de empresas como reformas estructurales y reivindica la política en el Banco de España y en Ecomomía.
JUAN M. MARQUÉS PERALES / MÁLAGA | ACTUALIZADO 08.10.2011 - 07:27
Cristóbal Montoro (Jaén, 1950) se presenta a las elecciones como número uno al Congreso por la provincia de Sevilla. Este catedrático de Hacienda Pública, la voz de los asuntos económicos en el PP, es uno de los probables ministros de Economía si Rajoy ganase las elecciones del 20-N. O gobernador del Banco de España...
-Ha sido diputado por Madrid, por Jaén, y ahora se presenta por Sevilla, una de las circunscripciones socialistas más potentes. ¿Por qué y quién se lo propuso?
-Me lo propone Javier Arenas y se trata, precisamente, de irnos a uno de los lugares que pueden asegurar el cambio en Andalucía y, desde luego, eso pasa por Sevilla. Las provincias más difíciles son Jaén, Sevilla y Huelva; se trata de eso.
-Andalucía ha sido uno de los territorios refractarios para el PP; sin embargo, el 20-N va a convertirse en uno de los lugares claves para su partido. ¿Qué se juegan aquí, la victoria o la mayoría absoluta?
-Nos estamos jugando las elecciones. En toda España, pero especialmente en Andalucía y Cataluña. Ya fue así en 2008, que perdimos por Cataluña y, en menor medida, por Andalucía. En España necesitamos un Gobierno fuerte a partir del 20-N, y el cambio pasa fundamentalmente por Andalucía. Los andaluces tendrán la capacidad de decidir si habrá un Gobierno fuerte y capaz de afrontar la situación tan difícil que debemos afrontar o si prefieren la continuidad que nos ha llevado a esta crisis de altísimo paro.
-Gobierno fuerte. ¿Por qué les cuesta tanto hablar de mayoría absoluta?
-Por que hay un prejuicio sobre ello, y hay gente que todavía entiende esa mayoría como negativa, y eso no es así. Se puede gobernar con mayoría absoluta y ser un Gobierno dialogante.
-Usted mantiene una excelente relación con Javier Arenas, ¿no cree que, si gana el PP en España, cuando lleguen las autonómicas en Andalucía puede haber un efecto compensatorio ante tanta marea azul?
-No, lo que nos ha separado de Andalucía es una brecha ideológica muy profunda por la historia de la propia Andalucía. Es distinto a lo de Cataluña, donde juegan más otros sentimientos nacionalistas.
-¿A qué se refiere con esa brecha?
-Sí, por su historia, yo lo entiendo porque vengo de aquí. Andalucía es cuna del socialismo y, en cierto modo, del anarquismo, fenómenos muy imbricados en el campo. Y eso es lo que se está superando porque está cambiando el mundo, y la izquierda tiene un problema ideológico grave. La izquierda se ha dedicado a gestionar el sistema, y en Andalucía lo vemos, donde se han aprovechado, han ejercido un abuso de poder. No es defender los intereses de uno frente a otros, sino de ejercer poder para mantener unos privilegios y un sistema económico que no es sano porque depende de la concesión pública.
-¿Y ustedes no cambian?
-Representamos a un centro derecha liberal, y eso es lo que representa Arenas, y volvemos a él. Arenas es una personalidad política en el sentido más profesional del término, que yo lo entiendo como positivo. Arenas lo ha sido todo en los gobiernos, es un profesional de la política y eso no es malo. Él ha presidido consejos de Gobierno donde yo era ministro, y no tenía por qué haber vuelto a Andalucía, pero sólo una personalidad como él es capaz de recoger el partido después de 2004, lanzarlo y volver a lograr una mayoría social.
-¿Puede decirme algunos nombres del PP que serían buenos ministros de Economía?
-Si estuviéramos hablando hace un año, no me haría esa pregunta. Sigan dando a la bicicleta. Eso lo tiene que decir nuestro presidente, Mariano Rajoy, si ganamos. El momento es muy complicado, y hacen falta personas que también conozcan qué es la arena política.
-Es decir, un ministro de Economía que también sea un político.
-Claro, como siempre. Es que dan muchos nombres de personas porque lo han hecho bien en una empresa, pero es que eso no tiene nada que ver con la política. Son dos mundos distintos, se puede ser un magnífico gestor y no un buen ministro. Esto de que los ministros los escoges en un head hunter (empresas de búsqueda de cerebros) es un error. El currículum es diferente.
-Entre el PP corre un argumento que defiende que no se detallarán todos los planes de gobierno porque no saben con qué cuentas se van a encontrar. Eso es un poco de trampa, ¿no?
-No, esto no es así, la reforma laboral, por ejemplo, ya está presentada en forma de 71 enmiendas realizadas a las del Gobierno.
-Pero ustedes dicen: haremos una reforma selectiva de impuestos cuando estén cuadradas las arcas.
-No, haremos una rebaja selectiva ya y, cuando las arcas estén bien, haremos la reforma más ambiciosa sobre el IRPF.
-¿No van a subir ningún impuesto? ¿El IVA tampoco?
-No, subir el IVA es frenar la economía, traer perjuicios y, además, es un impuesto injusto que recae más, proporcionalmente, sobre quienes menos renta tienen. Que es, por otra parte, lo que ha hecho el Gobierno socialista.
-¿No entra, por tanto, en sus planes subir ningún impuesto?
-De los grandes impuestos, no, y de los otros, nada. Eso que dice Rubalcaba de subir los impuestos del alcohol no sirve para nada porque no se recauda más, y en el caso del de los carburantes, es que está cayendo. La subida nominal de impuestos en un momento de recesión, o de casi recesión, es un error de estrategia económica; por tanto, no es porque seamos reacios ideológicamente, es que no aporta nada.
- ¿Y el Impuesto sobre el Patrimonio? Porque se abstuvieron cuando se aprobó en el Congreso.
-El Impuesto sobre el Patrimonio tiene fecha de caducidad, que es 2012, y no entra en nuestros planes seguir con esto. Se ha reactivado por un interés político. Lo que debemos hacer es mejorar el ahorro en España, al revés de lo que dijo Rubalcaba, que mantuvo al final de su convención que había mucho ahorro en el país.
-El PP está centrando la campaña electoral en el empleo, y enseña como aval el ejemplo de las legislaturas de 1996 a 2004, cuando se creó mucho empleo, pero también se consiguió hacer caja con la venta de empresas públicas que ya no se pueden privatizar y por los ingresos de la burbuja inmobiliaria.
-La llamada burbuja inmobiliaria no es la que creó empleo en España.
-Pues en Andalucía creó bastante.
-Sí, pero eso es un topicazo. Le voy a decir. En el año 1996, en España trabajábamos 12,5 millones de personas; en 2007, cuando estalla la crisis financiera mundial, trabajábamos 20,5 millones. ¿Cuánto empleo creó la construcción en total, no sólo la inmobiliaria? Se crearon ocho millones de puestos de trabajo entre 1996 y 2007, y la construcción no supuso ni el 20%. La cuenta al revés: se han destruido 2.300.000 empleos en España en el sector privado, un millón que puede ser de la construcción, pero seguimos teniendo en España el 50% más de ocupación que en 1996. Es verdad, se ha perdido mucho en la construcción, pero las cifras destruyen el tópico. Eso es lo que dicen los socialistas ahora, porque no saben explicar esto. La economía española es potente y la gran creación de empleo se da en los servicios; en todos, en el turismo, el transporte, el sector financiero. Y se crea mucho en la industria. Pero el único motor de España no ha sido el boom inmobiliario, no hay que aceptar la moda, el tópico como tal.
-Entonces, en 1996...
-Es que lo ha dicho perfectamente, las privatizaciones son reformas estructurales de la economía para incrementar la competencia en sectores claves, en la energía, en los transportes... Es que favorece los costes de competencia del país. Vamos, que no es Loterías del Estado. Lo que tenemos que hacer es abordar reformas, la del sector bancario, por ejemplo, que es importantísima, y estamos otra vez mirando a la Luna de Valencia, que es bellísima, pero...
-¿Reforma es inyectar más dinero público para hacer reales los balances bancarios?
-En reales, sanearlos, es que se debería de haber hecho. Pero prestar no es lo mismo que inyectar, se puede avalar, exigir una reestructuración.
-¿Reestructurar es seguir con las fusiones en las cajas?
-Creo que todavía serán necesarias más.
-¿Se ve como gobernador del Banco de España, o eso sí es para técnicos?
-No, estamos en lo que estamos, en las elecciones del 20-N, pero se necesita gente formada. Por supuesto. Pero también políticos, como en todas las instituciones internacionales de este tipo. El gran experto está para otras cuestiones. Esto no son decisiones únicamente técnicas, y mire quien se lo dice.
-Ya por último. ¿Fue usted quien dijo que los andaluces eran vagos?
-¿Yo? Si yo soy andaluz, alguien dijo algo de la indolencia, que es algo que no comparto, pero no fui yo. Ni de los andaluces ni de los canarios ni de los gallegos ni de nadie.
-Ha sido diputado por Madrid, por Jaén, y ahora se presenta por Sevilla, una de las circunscripciones socialistas más potentes. ¿Por qué y quién se lo propuso?
-Me lo propone Javier Arenas y se trata, precisamente, de irnos a uno de los lugares que pueden asegurar el cambio en Andalucía y, desde luego, eso pasa por Sevilla. Las provincias más difíciles son Jaén, Sevilla y Huelva; se trata de eso.
-Andalucía ha sido uno de los territorios refractarios para el PP; sin embargo, el 20-N va a convertirse en uno de los lugares claves para su partido. ¿Qué se juegan aquí, la victoria o la mayoría absoluta?
-Nos estamos jugando las elecciones. En toda España, pero especialmente en Andalucía y Cataluña. Ya fue así en 2008, que perdimos por Cataluña y, en menor medida, por Andalucía. En España necesitamos un Gobierno fuerte a partir del 20-N, y el cambio pasa fundamentalmente por Andalucía. Los andaluces tendrán la capacidad de decidir si habrá un Gobierno fuerte y capaz de afrontar la situación tan difícil que debemos afrontar o si prefieren la continuidad que nos ha llevado a esta crisis de altísimo paro.
-Gobierno fuerte. ¿Por qué les cuesta tanto hablar de mayoría absoluta?
-Por que hay un prejuicio sobre ello, y hay gente que todavía entiende esa mayoría como negativa, y eso no es así. Se puede gobernar con mayoría absoluta y ser un Gobierno dialogante.
-Usted mantiene una excelente relación con Javier Arenas, ¿no cree que, si gana el PP en España, cuando lleguen las autonómicas en Andalucía puede haber un efecto compensatorio ante tanta marea azul?
-No, lo que nos ha separado de Andalucía es una brecha ideológica muy profunda por la historia de la propia Andalucía. Es distinto a lo de Cataluña, donde juegan más otros sentimientos nacionalistas.
-¿A qué se refiere con esa brecha?
-Sí, por su historia, yo lo entiendo porque vengo de aquí. Andalucía es cuna del socialismo y, en cierto modo, del anarquismo, fenómenos muy imbricados en el campo. Y eso es lo que se está superando porque está cambiando el mundo, y la izquierda tiene un problema ideológico grave. La izquierda se ha dedicado a gestionar el sistema, y en Andalucía lo vemos, donde se han aprovechado, han ejercido un abuso de poder. No es defender los intereses de uno frente a otros, sino de ejercer poder para mantener unos privilegios y un sistema económico que no es sano porque depende de la concesión pública.
-¿Y ustedes no cambian?
-Representamos a un centro derecha liberal, y eso es lo que representa Arenas, y volvemos a él. Arenas es una personalidad política en el sentido más profesional del término, que yo lo entiendo como positivo. Arenas lo ha sido todo en los gobiernos, es un profesional de la política y eso no es malo. Él ha presidido consejos de Gobierno donde yo era ministro, y no tenía por qué haber vuelto a Andalucía, pero sólo una personalidad como él es capaz de recoger el partido después de 2004, lanzarlo y volver a lograr una mayoría social.
-¿Puede decirme algunos nombres del PP que serían buenos ministros de Economía?
-Si estuviéramos hablando hace un año, no me haría esa pregunta. Sigan dando a la bicicleta. Eso lo tiene que decir nuestro presidente, Mariano Rajoy, si ganamos. El momento es muy complicado, y hacen falta personas que también conozcan qué es la arena política.
-Es decir, un ministro de Economía que también sea un político.
-Claro, como siempre. Es que dan muchos nombres de personas porque lo han hecho bien en una empresa, pero es que eso no tiene nada que ver con la política. Son dos mundos distintos, se puede ser un magnífico gestor y no un buen ministro. Esto de que los ministros los escoges en un head hunter (empresas de búsqueda de cerebros) es un error. El currículum es diferente.
-Entre el PP corre un argumento que defiende que no se detallarán todos los planes de gobierno porque no saben con qué cuentas se van a encontrar. Eso es un poco de trampa, ¿no?
-No, esto no es así, la reforma laboral, por ejemplo, ya está presentada en forma de 71 enmiendas realizadas a las del Gobierno.
-Pero ustedes dicen: haremos una reforma selectiva de impuestos cuando estén cuadradas las arcas.
-No, haremos una rebaja selectiva ya y, cuando las arcas estén bien, haremos la reforma más ambiciosa sobre el IRPF.
-¿No van a subir ningún impuesto? ¿El IVA tampoco?
-No, subir el IVA es frenar la economía, traer perjuicios y, además, es un impuesto injusto que recae más, proporcionalmente, sobre quienes menos renta tienen. Que es, por otra parte, lo que ha hecho el Gobierno socialista.
-¿No entra, por tanto, en sus planes subir ningún impuesto?
-De los grandes impuestos, no, y de los otros, nada. Eso que dice Rubalcaba de subir los impuestos del alcohol no sirve para nada porque no se recauda más, y en el caso del de los carburantes, es que está cayendo. La subida nominal de impuestos en un momento de recesión, o de casi recesión, es un error de estrategia económica; por tanto, no es porque seamos reacios ideológicamente, es que no aporta nada.
- ¿Y el Impuesto sobre el Patrimonio? Porque se abstuvieron cuando se aprobó en el Congreso.
-El Impuesto sobre el Patrimonio tiene fecha de caducidad, que es 2012, y no entra en nuestros planes seguir con esto. Se ha reactivado por un interés político. Lo que debemos hacer es mejorar el ahorro en España, al revés de lo que dijo Rubalcaba, que mantuvo al final de su convención que había mucho ahorro en el país.
-El PP está centrando la campaña electoral en el empleo, y enseña como aval el ejemplo de las legislaturas de 1996 a 2004, cuando se creó mucho empleo, pero también se consiguió hacer caja con la venta de empresas públicas que ya no se pueden privatizar y por los ingresos de la burbuja inmobiliaria.
-La llamada burbuja inmobiliaria no es la que creó empleo en España.
-Pues en Andalucía creó bastante.
-Sí, pero eso es un topicazo. Le voy a decir. En el año 1996, en España trabajábamos 12,5 millones de personas; en 2007, cuando estalla la crisis financiera mundial, trabajábamos 20,5 millones. ¿Cuánto empleo creó la construcción en total, no sólo la inmobiliaria? Se crearon ocho millones de puestos de trabajo entre 1996 y 2007, y la construcción no supuso ni el 20%. La cuenta al revés: se han destruido 2.300.000 empleos en España en el sector privado, un millón que puede ser de la construcción, pero seguimos teniendo en España el 50% más de ocupación que en 1996. Es verdad, se ha perdido mucho en la construcción, pero las cifras destruyen el tópico. Eso es lo que dicen los socialistas ahora, porque no saben explicar esto. La economía española es potente y la gran creación de empleo se da en los servicios; en todos, en el turismo, el transporte, el sector financiero. Y se crea mucho en la industria. Pero el único motor de España no ha sido el boom inmobiliario, no hay que aceptar la moda, el tópico como tal.
-Entonces, en 1996...
-Es que lo ha dicho perfectamente, las privatizaciones son reformas estructurales de la economía para incrementar la competencia en sectores claves, en la energía, en los transportes... Es que favorece los costes de competencia del país. Vamos, que no es Loterías del Estado. Lo que tenemos que hacer es abordar reformas, la del sector bancario, por ejemplo, que es importantísima, y estamos otra vez mirando a la Luna de Valencia, que es bellísima, pero...
-¿Reforma es inyectar más dinero público para hacer reales los balances bancarios?
-En reales, sanearlos, es que se debería de haber hecho. Pero prestar no es lo mismo que inyectar, se puede avalar, exigir una reestructuración.
-¿Reestructurar es seguir con las fusiones en las cajas?
-Creo que todavía serán necesarias más.
-¿Se ve como gobernador del Banco de España, o eso sí es para técnicos?
-No, estamos en lo que estamos, en las elecciones del 20-N, pero se necesita gente formada. Por supuesto. Pero también políticos, como en todas las instituciones internacionales de este tipo. El gran experto está para otras cuestiones. Esto no son decisiones únicamente técnicas, y mire quien se lo dice.
-Ya por último. ¿Fue usted quien dijo que los andaluces eran vagos?
-¿Yo? Si yo soy andaluz, alguien dijo algo de la indolencia, que es algo que no comparto, pero no fui yo. Ni de los andaluces ni de los canarios ni de los gallegos ni de nadie.
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