viernes, 23 de mayo de 2008

El peligro empieza a alejarse de Bellavista (La Opinión)

El esfuerzo vecinal y el de la Junta obligan al Ayuntamiento a buscar alternativas a un proyecto nefasto
Desde que Andalucía, al contrario de lo que dice su patriotero estatuto, se ha convertido en una realidad urbanística, no hay municipio que no sufra sobresaltos a causa del cemento colocado, parece, al azar. En Málaga, si no teníamos bastante con los rascacielos mal situados de Repsol, ya soplan por el Guadalmedina los vientos de una irregularidad urbanística de prestigio (el hotel de Moneo), que no puede conformarse con una altura acorde con las normas y alejada del ´look Málaga Palacio´. Pero esa es otra historia, de momento de terror.En ocasiones, a los de a pie les suena la flauta y consiguen dominar los vientos huracanados del urbanismo autóctono. Es el caso de la plataforma que logró frenar la culminación del ´asfaltado´ del Monte Gibralfaro. El Ayuntamiento cayó en la cuenta de la infamia y rectificó, en un gesto que le honra. No ha sido así en el proyecto de abrir una carretera por mitad de Bellavista, bien es verdad que el actual concejal de Urbanismo es mucho más sensible con el problema patrimonial, botánico y social que el vial provocaría.Esta solución, además de cepillarse un bloque de seis plantas y dos chalés, uno de ellos de finales del XIX de Gerónimo Cuervo, pondría en serio peligro el mejor ejemplar de ficus microcarpa de Málaga. Los vecinos afectados por el derribo de los chalés pidieron que la Junta protegiera las viviendas, y la delegación de Cultura, en una acción propia de un país civilizado, ha extendido la protección ´genérica´ a Bellavista.Con esta iniciativa, que será una realidad en verano, el Ayuntamiento examina con más detenimiento las cinco alternativas a la irrupción salvaje por Bellavista. Ninguna de las soluciones es perfecta, pero desde luego, la que más daño hacía a la imagen de Málaga era la que Urbanismo había contemplado en primer lugar.

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