viernes, 23 de mayo de 2008

La crisis multiplica por ocho las ejecuciones hipotecarias en Marbella en el último año (SUR)


Los juzgados han experimentado un notable crecimiento de casos a partir del primer trimestre de 2007 Gran parte de los morosos son extranjeros que compraron el piso como segunda residencia o inversión La mayoría de las viviendas terminan subastándose

Los juzgados son un barómetro de la situación económica. A menos dinero, más conflicto. En Marbella, la crisis económica es ya una realidad. Prueba de ello es que los juzgados de Primera Instancia han multiplicado en el último año por ocho el número de ejecuciones hipotecarias. «Síntoma de que algo falla porque lo último que se deja de pagar es la hipoteca», asegura Alfredo Martínez, delegado territorial de Ausbanc Consumo, Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios.Según datos facilitados por el Decanato de Marbella, en el primer trimestre de 2007 los juzgados recibían un caso al mes; ahora reciben una media de ocho. Tres o cuatro letras sin cubrir son suficientes para provocar la reacción de un banco que denuncia a su cliente ante el juez y se inicia una ejecución hipotecaria, que suele acabar en la posterior subasta del piso en cuestión. «Lo peor está por venir», apunta el juez decano de Marbella, Ángel Sánchez. «Las reclamaciones de cantidad por impago siguen aumentado una barbaridad y todos los bancos apuntan a que a partir del segunda mitad del año la situación podría empeorar. La crisis hace que en determinados gremios -letrados, notarios, inmobiliarias...- pierdan mercado y trabajo. A nosotros nos aumenta. Es matemático», explica Sánchez. Si los tipos de interés siguen manteniendose al alza y el paro, como ocurre con la construcción, se mantiene en ascenso, a la vuelta de dos años máximo, habrá problemas muy graves. En un primer momento cayeron los créditos al consumo. Ahora empiezan a caer las hipotecas. La mayoría de las ejecuciones son de pisos de ciudadanos extranjeros que los mantenían como segunda residencia o como inversión, aunque ya se está dando algún caso de familias que han perdido su vivienda por no poder hacer frente a la hipoteca o a las cuotas de la comunidad, y eso a pesar de las medidas de flexibilización puestas en marcha por los bancos y el propio Gobierno para reducir las comisiones a la mínima expresión en viviendas habituales.
A subasta
En las ejecuciones hipotecarias no se llega al embargo; las viviendas pasan directamente a subasta, una oportunidad de oro para muchos ávidos compradores que hacen su agosto en época de vacas flacas. Los expertos consultados apuntan a que la crisis es más financiera que de vivienda. Los bancos tienen ahora un repentino exceso de celo. No prestan dinero porque ya no se fían y porque están pagando ahora todo lo que no se contuvieron en su día. Prueba de ello es el aumento de los embargos y las reclamaciones de cantidad en los juzgados marbellíes, ya de por sí colapsados. El principal escollo es llevar a término las ejecuciones. Según el juez decano, hay muchos intentos de notificación negativos. «Es muy difícil localizar a la gente en Marbella; hay muchas urbanizaciones y viviendas aisladas, muchas segundas residencias y muchos extranjeros que no residen en la ciudad de forma permanente. Y esto dificulta enormemente el trabajo». El problema es que si no se cobra, la resolución judicial es papel mojado. No sirve para nada. A esto hay que sumar el elevado volumen de negocio que existe en la ciudad y la complejidad de los pleitos con reclamaciones de cantidad muy elevadas. En estos momentos, los seis juzgados marbellíes de Primera Instancia tienen una media de 700 ejecuciones vivas cada uno, muchas de ellas embargos trabados o con bienes para embargar y luego subastar, ya sean nóminas, devoluciones a Hacienda, de bienes inmuebles... incluso la crisis económica empieza a afectar el pago de las manutenciones a los hijos.

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