martes, 10 de febrero de 2009

Residir en una casa en ruinas, sin dinero, sin ayuda y sin salida (La Opinión)

Los vecinos del número dos de Pedro Antonio de Alarcón no consiguen el dinero para realizar la rehabilitación del edifico que les exige el Ayuntamiento

MATUCHA GARCÍA. MÁLAGA Son ocho vecinos, viven en el número dos de la calle Pedro Antonio de Alarcón de la capital y están atrapados en un grave problema económico común que puede poner en peligro el techo que resguarda sus cabezas.
Los residentes han iniciado una obligada obra de rehabilitación que deben ejecutar para mantener sus propiedades, pero los bancos no les conceden, "a causa de la crisis", los préstamos personales necesarios para finalizar estas mejoras. A esto se une que la subvención solicitada al Ayuntamiento de Málaga no llega. Este es el relato de los hechos de los afectados.
Aunque el expediente de ruina se declaró en 2005 por un desprendimiento de cascotes de varios balcones, fue la caída en 2008 de parte del tejado del edificio sobre la habitación de un niño -que por fortuna se hallaba en otra sala de la casa-, lo que provocó la actuación municipal, instando a la propiedad a que comenzara en una semana la rehabilitación del edificio, según cuenta Santiago Lucena, administrador del inmueble, y corrobora Guillermo Serrano, vecino del tercero. "La obra empezó en abril y se ha paralizado en septiembre. Entre un vecino y yo pusimos 17.000 euros y con ese dinero empezó la obra, pero el constructor ha aportado ya casi 80.000 euros que no podemos pagar y ha dejado de trabajar", explica.
Pero lo peor para Guillermo aún estaba por llegar. Las últimas precipitaciones han provocado que al carecer el techo del aislante necesario por la obra, la vivienda se haya calado y tenga impregnado un insoportable olor a humedad. "Un día llovía tanto que tuve que quitar la cama, poner cubos de agua y dormir en una litera", lamenta.
"Si esto no lo desbloqueamos arruinamos al contratista y estos vecinos estarán en la calle en poco tiempo. Estamos a tiempo de buscar una solución, pero si seguimos así el día de mañana podemos estar hablando de un desalojo", exclama el administrador.
El importe total de la obra asciende a 148.000 euros, de los que esperan que el Ayuntamiento les subvencione el 40%, dentro del paquete de ayudas existente para este concepto. La idea era sufragar el resto con préstamos personales de en torno a 9.000 euros. (La obra supondría un gasto de entre 15.000 a 20.000 euros por vecino, pero cada uno descontaría la parte relativa a la ayuda municipal que esperan). "Los bancos ahora no están por la labor y rechazan prestarnos el dinero", explican.
Los residentes y el administrador realizan un llamamiento al Ayuntamiento y a las entidades financieras. "Existe voluntad de arreglar el edificio, pero necesitamos que nos echen una mano", concluyen.

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