viernes, 24 de abril de 2009

Cilniana reclama que la restauración de la torre de Río Real preserve los grabados. Marbella (SUR)

La asociación alerta de que es la única atalaya esgrafiada del litoral 

Cilniana reclama que la restauración de la torre de Río Real preserve los grabados
La torre, arriba, y una de las esgrafías, abajo./ J-L Y A. ROJANO
La restauración de la fachada torre vigía de Río Real ha despertado los temores de la asociación Cilniana, que trabaja por y para la defensa del patrimonio histórico. Temen que las labores acaben por cubrir los grabados que la atalaya luce en su fachada. Las esgrafías, técnica que consiste en el trazado de dibujos al arañar una capa superpuesta sobre otra, apenas son perceptibles para un ojo profano pero convierten a esta torre en la más valiosa del litoral al ser la única que cuenta con esta decoración.
«Nuestra intención es que se mantengan, que no se pierdan», apunta el tesorero del colectivo, Ángel Rojano, que junto a otros dos miembros de la asociación, Calixto Rodríguez y Javier Soto, realizaron un concienzudo estudio de las vigías de Marbella con la catalogación de todos y cada uno de sus detalles. Aunque las labores de restauración, que acomete la empresa Tragsa por encargo de la Demarcación de Costas, estén en marcha, tienen previsto enviar sendos escritos para alertar de la presencia de estos grabados, que emulan formas vegetales. «Lo curioso es que pese a las miles de personas que han debido pasar por la torre nadie se había percatado de las esgrafías», explica.
Con plantillas
Según relata Rojano, al parecer Miguel Pabón, albañil que construyó la torre en el 1575, cubrió la fachada con mortero de cal y encima superpuso otra capa más fina para luego ir haciendo los dibujos con unas plantillas. «Parece que quiso dejar su impronta», añade. En aquella época, pleno siglo XVI, construir la torre costó 530 ducados. Rehabilitarla costará miles de euros.
«Plantearemos dos opciones para preservar los grabados, que se mantengan en su totalidad o que al menos se dejen en algunos sitios para que quede claramente constancia de cómo fue en su momento», apostilla el tesorero de Cilniana, que teme que se actúe como en otras torres, con una capa exterior que acabe por cubrir la piedra.

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