El urbanista Vicente Granados reivindicó que se imponga el «sentido común» sobre el futuro de los chiringuitos, pues la restauración es una actividad económica que requiere de garantía jurídica, pero también apuntó que algunos son «auténticas casas» sobre la arena.
Granados, que preside el Observatorio Territorial de Andalucía, dijo que él es «el primero en usar» los chiringuitos, pero «algunos tienen más calidad, y otros no». Abogó por regularizar estos establecimientos mediante una estrategia que sea «aceptada por todo el mundo, en unos plazos determinados».
Ante la demanda del Ministerio de Medio Ambiente de que los chiringuitos se adapten a la Ley de Costas, indicó que los chiringuitos se empezaron a hacer «mucho antes» de esta ley, y manifestó que también «cabría pedir» al Gobierno mayor agilidad en los deslindes. Sobre la posibilidad de que parte de los establecimientos tengan que reubicarse para ajustarse a la ley, se mostró partidario de que se negocie una solución.
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