MARBELLA El PGOU se topa con otro contratiempo. (SUR)

La Junta pide que se tramiten de forma diferenciada unas mejoras técnicas añadidas y el equipo de gobierno lamenta que no lo advirtiera antes El Plan sufre un nuevo retraso al tener que volver a pleno las correcciones de la Comisión de Urbanismo

22.04.2010 -

CRISTINA GONZÁLEZ

MARBELLA.

La tramitación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) va camino de convertirse en una secuela de la mítica película 'La historia interminable'. Cuando parecía que el horizonte estaba totalmente despejado y se había marcado en rojo en el calendario el mes de abril como fecha para su entrada en vigor definitiva, un nuevo contratiempo -eso sí, de menor calado que los vaivenes de los últimos años- vuelve a trastocar los planes tanto del Ayuntamiento como de la Junta de Andalucía.

El problema radica en esta ocasión en una serie de mejoras técnicas introducidas por el equipo de gobierno en el documento para la corrección de los errores que impuso la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Andalucía (Cotua) el pasado enero, cuando se aprobó definitivamente el planeamiento. Según explicaron fuentes municipales, el Gobierno andaluz, asesorado por sus servicios jurídicos, recomienda ahora volver a llevar a pleno esta subsanación de las deficiencias, a la que ya se dio luz verde hace dos semanas, pero dejando fuera esas innovaciones.

Blindar el planeamiento

Esta nueva piedra en el camino retrasará algunos días la puesta de largo del Plan General, al menos hasta mediados de mayo, lo que ha dejado un sabor agridulce en el equipo de gobierno. Según aseguran las mismas fuentes, se informó con antelación al Gobierno andaluz de que se iban a incorporar estas mejoras al documento, por lo que lamentaron que no se advirtiera previamente de que no era posible añadir ningún retoque más, lo que hubiera evitado este nuevo parón en su larga andadura. En concreto, se trata de una serie de cambios en algunas ordenanzas y normativas que deben tramitarse de forma independiente para blindar el Plan General ante una posible impugnación.

Así lo confirmaron desde la Administración andaluza, que apuntaron a un posible error de comunicación entre ambas administraciones. Según las fuentes consultadas por SUR, las mejoras técnicas que se incorporaron al documento de la corrección de errores, en el que se pide también que se levante la suspensión de siete áreas urbanísticas que quedaron en el aire, deben someterse de manera independiente a una aprobación inicial, a una exposición pública, a una aprobación provisional, ser valoradas en un informe por la recién creada Consejería de Obras Públicas, Vivienda y Ordenación del Territorio, y finalmente recibir el visto bueno definitivo. Paso por paso.

Aunque suene a una eternidad, no habrá que esperar a que finalice esta tramitación para que el PGOU eche a andar. Bastará con que se lleve a pleno estrictamente la subsanación de errores y el cumplimiento de los requisitos que impuso hace tres meses la Cotua para que el planeamiento de Marbella pueda seguir su camino sin más sobresaltos. Esto es, que el director general de Urbanismo refrende con su firma el Plan General, el primero que tendrá la ciudad en 24 años y que ayudará a pasar página de la voraz gestión urbanística del gilismo, y que se publique en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA).

El Ayuntamiento ya tiene del Gobierno andaluz el compromiso de una nueva fecha: el 10 de mayo. La intención del equipo de gobierno es que se lleve al próximo pleno ordinario, previsto para el 30 de abril, dentro de los asuntos urgentes. Los técnicos municipales ya trabajan contra reloj para rehacer el documento y eliminar el apartado 8, que reza 'Mejoras técnicas: Normas Urbanísticas' y que ha vuelto a dilatar el estreno del Plan General, que acumula más de tres años de hitos burocráticos.

Mañana mismo tendrá lugar la comisión informativa de Urbanismo en la que se debatirá cara al pleno municipal. Nadie quiere perder ni un minuto. La expectación es máxima. Ya hay promotores que esperan su oportunidad para legalizar sus urbanizaciones, empresarios con ganas de invertir y vecinos que aguardan como agua de mayo las licencias de primera ocupación.