domingo, 2 de mayo de 2010

MÁLAGA Los polígonos, dos décadas sin soluciones. (SUR)

Los espacios industriales arrastran males endémicos como los accesos, la limpieza o la inseguridad Málaga cuenta con un centenar de parques empresariales repartidos por cincuenta municipios
02.05.2010 -
ALMUDENA NOGUÉSanogues@diariosur.es
MÁLAGA.
Los polígonos, dos décadas sin soluciones
Trabajos de remodelación de la carretera Azucarera-Intelhorce. SALVADOR SALAS
Viernes 23 de marzo de 1990. Página 12 de este periódico. Bajo el titular 'Unidad contra el gran olvido' el entonces presidente del polígono comercial Guadalhorce, Julio Gutiérrez, denunciaba en una tribuna abierta a la sociedad malagueña el «gran abandono» de estos espacios industriales, gravemente dañados por las inundaciones del 89. «Padecemos males endémicos que exigen soluciones como son los atascos, malos accesos, inseguridad o déficits en calles, alumbrado, comunicaciones y aparcamientos», recogía aquel artículo, de plena actualidad veinte años después. Leyéndolo, uno tiene la sensación de que el tiempo parece haberse detenido en estas zonas empresariales, hartas de exigir a gritos mejoras que no llegan o lo hacen a cuentagotas.

Y es que las reivindicaciones de antaño siguen siendo las mismas que las que a día de hoy mantienen a estos motores económicos funcionando a ralentí, con el consiguiente impacto negativo sobre la generación de riqueza y empleo, como recuerda el consejero delegado de Analistas Económicos, Francisco Villalba. «Cuando un inversor busca dónde instalarse exige una calidad y unos servicios mínimos, y las infraestructuras de muchos polígonos son lamentables. En este escenario es complicado que Málaga atraiga nuevas empresas, lo que perjudica al desarrollo de la actividad económica», advierte.

El término empleado por Villalba -lamentable- es sólo uno de la larga lista de adjetivos negativos que entonan los expertos cuando se habla de polígonos. En ella se repiten definiciones como «instalaciones precarias», «guetos», «mala planificación» o «retrasos ancestrales». Las dos últimas las pronuncia el secretario general de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) Javier González de Lara, quien coge aire cuando se le pide que enumere las deficiencias que arrastran estos espacios: «Innegablemente son muchas. Hay que trabajar por mejorar los accesos, la seguridad ciudadana, el aparcamiento, el alumbrado, los servicios complementarios, las comunicaciones o la limpieza para que estos núcleos palpiten y ejerzan de dinamizadores de la economía. En tantos años como han transcurrido se ha avanzado muy poco», admite.

Un centenar en la provincia
Avanzar es precisamente lo que llevan reclamando durante décadas el centenar de polígonos industriales que alberga la provincia de Málaga. Los últimos datos recogidos en un estudio elaborado por la Asociación Madeca (entidad de la Diputación) en el año 2006 cifraba en 92 los polígonos activos ese año, repartido en una superficie de 14,3 millones de metros cuadrados. A ellos se sumaban ocho que estaban por entonces en construcción (que hoy son una realidad), más otros 30 proyectados cuya ejecución elevaría el suelo ocupado por estos espacios hasta los 38,4 millones de metros cuadrados.

A tenor del documento de Madeca, los polígonos industriales están presentes en medio centenar de municipios malagueños. El 84% de ellos están en el interior, frente al 46% que operan desde el litoral. Por comarcas, la capital es la que registra una mayor actividad, con 27 zonas empresariales repartidas en 8,3 millones de metros cuadrados, un cuarto de ellos correspondientes al polígono Guadalhorce, el más extenso de la provincia. Tras Málaga, Antequera y Guadalhorce son las siguientes áreas con mayor peso industrial, ambas rondando los siete millones de superficie.

Metros aparte, lo verdaderamente relevante de este tejido empresarial son sus protagonistas. Los cálculos que maneja la asociación provincial de polígonos estima que estos núcleos acogen a más de 6.000 negocios, que sólo en la capital dan empleo a alrededor de 24.000 trabajadores cuyas nóminas penden del hilo de un entorno laboral deficitario que requiere de suculentas reformas para ganar competitividad.

La primera de ellas pasa por corregir los problemas de tráfico y ampliar la red de comunicaciones. Para ello, nada mejor que mirar al viejo continente: «Si vamos por la mayoría de los polígonos de Europa vemos que están junto a las grandes vías, con salidas rápidas a autopistas y autovías para el acceso de clientes y mercancías. Aquí las zonas industriales se parecen más a guetos apartados», denuncia Ana López, presidenta de la Asociación de Polígonos y Parques Comerciales de Málaga (APOMA).

Actualmente son varios los proyectos previstos para aliviar el caos circulatorio generado en estos enclaves. Por un lado, la remodelación de la carretera Azucarera-Intelhorce (cuya obra ha estado parada tras rescindirse el contrato con Teconsa, una firma implicada en el caso Gürtel que se encuentra en quiebra) y, por otro, la conexión de la hiperronda con Alhaurín de la Torre y los polígonos a través del llamado Vial Metropolitano Distribuidor Oeste. Este tramo de 6,1 kilómetros adjudicado con un plazo de ejecución de 20 meses sigue paralizado doce meses después de que la Junta anunciara el inicio de los trabajo. ¿Los motivos? En este caso escollos con la expropiación del suelo y las interferencias generadas por el desarrollo de otras infraestructuras.

El transporte público tampoco contribuye a descongestionar las vías de acceso a estos espacios. Al respecto, el presidente de la Asociación Provincial de Polígonos, Julio Gutiérrez, pide más líneas de autobuses (una reivindicación histórica) y plantea otra alternativa: «diseñar una red de microbuses circulares que cubra los traslados en el interior de los grandes parques empresariales», dice.

Videovigilancia
La inseguridad -generada a raíz de los robos, la prostitución o el tráfico de drogas- es la segunda gran pata que hay que enderezar según los expertos, para impulsar estos espacios industriales, que aseguran estar cansados de promesas sin cumplir. En esta línea, reclaman más presencia policial y mecanismos que frenen la delincuencia, como la videovigilancia.

En diciembre de 2009 el Ayuntamiento sacó a concurso la redacción del proyecto para dotar de cámaras a los parques empresariales de la ciudad por un importe de 170.000 euros y un plazo de ejecución de tres meses. «Ya hemos valorado la mitad de los pliegos, y nos queda la parte más técnica, que esperamos resolver en un par de semanas para tener adjudicada la actuación cara al verano. Una vez se ejecute hay que remitirla al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía a través de la Subdelegación del Gobierno, lo cual es un proceso lento que lleva su tiempo», detalla el concejal de polígonos Francisco Salas.

La erradicación de la prostitución callejera es otro de los asunto que afronta la concejalía del ramo. Hace unos meses, Apoma remitió al Consistorio una propuesta de ordenanza para que regule este ejercicio en la vía pública y en la que se plantean sanciones entre los 750 y los 3.000 euros. «Por ahora lo que podemos decir es que estamos estudiando con mucho interés este tema y que en breve queremos reunirnos con los afectados para abordar posibles soluciones», puntualiza Salas mientras que Ana López demanda la máxima celeridad en la resolución de este conflicto. «La presencia masiva de prostitutas a cualquier hora está ocasionando graves prejuicios a los negocios, que han perdido mucho valor», se queja.

Pero revitalizar este tejido industrial requiere de un lavado de cara más profundo. De poco sirve mejorar los accesos y la seguridad si no se apuesta de forma decidida por cuidar su imagen. La representante de Apoma critica al respecto que la limpieza sea «una asignatura pendiente», como lo es la iluminación de ciertos espacios o el estado de sus aceras y el asfalto. Para superar esta lacra, el presidente de la Cámara de Comercio, Jerónimo Pérez Casero, recuerda la importancia de que el Ayuntamiento recepcione los polígonos para velar por su mantenimiento, planteamiento que exigen desde Apoma.

«Después de treinta años, todavía estamos discutiendo quién debe encargarse de cuidar las farolas, la limpieza o la jardinería. Es hora de que el Consistorio dé un paso adelante para que tengamos los mismos servicios que cualquier otro vial de la ciudad. Aquí hay muchas empresas y, si las ayudamos, toda la ciudad se beneficiará y el empleo también crecerá», expone López. Salas, por su parte, le responde: «Hemos creado un equipo de trabajo para estudiar las necesidades de cada polígono a fin de adecuarlos a las exigencias que plantea el proceso de recepción de cada uno de ellos. Sólo en 2009 invertimos quince millones en mejoras, y en esta línea seguiremos», apostilla.

Acercarlos a la ciudadanía
Reformarse, modernizarse... y acercarse a la ciudadanía. Ese es el otro gran reto que deben abordar los polígonos industriales, hoy convertidos en parques empresariales y grandes espacios comerciales donde se puedan realizar toda clase de compras. Sus esfuerzos se centran pues en atraer a los malagueños para lo cual, dicen, necesitan que se mejore la señalización y se les dote de más plazas de aparcamiento. «Somos los grandes desconocidos, a pesar de poder ofertar cualquier producto y carecer de intermediarios», recalcan.
Para promocionarse, Apoma ha diseñado un plan en colaboración con la Federación de Comercio de Málaga, que prevé entre otras medidas la edición de folletos informativos que sirvan de escaparate para hacer visible la actividad de las miles de tiendas ubicadas en los polígonos. «La idea es crear una especie de marca que ayude a desterrar el concepto que se tiene de nuestros establecimientos», comenta López.

Y suma y sigue. Porque cuando se habla de polígonos, hay tanto por hacer que el discurso de sus representantes parece no tener fin. Julio Gutiérrez, de la asociación provincial, saca otras demandas a la palestra, como la falta de servicios y equipamientos -«requerimos centros de proximidad, con salas de reuniones, puntos de encuentro entre los empresarios, guarderías, notarías o bancos», dice-, la introducción de nuevas tecnologías, o la necesidad de caminar hacia la especialización, «creando parques temáticos como el de reciclaje o de construcción que concentren a las empresas de cada sector».

El futuro, además, exige de una mayor dotación de suelo para uso industrial, como destaca González de Lara. «Hay que agilizar la aprobación de los planes generales para poder planificar nuevos parques empresariales, imprescindibles para dinamizar la economía de los municipios», apunta. Unos parques cansados del color gris, que quieren abrirse a la ciudad, «sin que nos de vergüenza»

No hay comentarios:

Publicar un comentario