La ministra de Medio Ambiente anuncia, tras dos años, la aprobación del proyecto, que costará 13 millones, a pesar de que no hay ninguna partida prevista
RAQUEL GARRIDO / MÁLAGA | ACTUALIZADO 04.06.2010 - 01:00
Veinte años han tenido que pasar para que el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino se decida a impulsar la ansiada regeneración de los Baños del Carmen. Al menos de palabra, porque ni hay prevista ninguna partida presupuestaria para acometer los alrededor de 13 millones de euros que se calcula que costará esta actuación ni se podrá iniciar la obra hasta que la Dirección General de Costas termine la negociación con los actuales concesionarios de Astilleros Nereo y el restaurante del antiguo balneario que se verán afectados por los futuros trabajos. La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, aprovechó ayer su visita a la capital con motivo de la inauguración de la playa de La Caleta para anunciar a bombo y platillo un proyecto que llevaba más de dos años olvidado en el cajón de algún despacho de Madrid a la espera de que el texto refundido, tras años de negociación, recibiera el visto bueno definitivo.
Pero no era oro todo lo que relucía tras este esperado y reivindicado anuncio porque el inicio de la obra estará condicionado al rescate de las dos concesiones que aún están pendientes, algo que no resultará fácil, tras la infructuosa y larguísima negociación que han mantenido hasta ahora los actuales concesionarios y Costas. Para conseguir ese acuerdo, Espinosa consideró necesaria la colaboración del Ayuntamiento de Málaga "aunque no dudo que la vamos a tener y nos van a facilitar llevar a cabo el proyecto". Además, la ministra insistió en que la evolución de dicho proyecto y del comienzo de las obras "no depende de la voluntad del Ministerio, sino de la voluntad de terceros que nos ayuden a ejecutar las obras".
Las declaraciones de la ministra sorprendieron al propio alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, que sólo unos minutos antes había pedido públicamente celeridad en la aprobación de esta actuación. Aunque se mostró satisfecho con el anuncio, De la Torre manifestó que es "el Ministerio quien debe jurídicamente plantear las recuperaciones de las concesiones porque es el que las da".
Aún así, De la Torre señaló que "estaremos en lo que se nos pida" y matizó que hasta ahora no se había requerido ninguna colaboración por parte de la Dirección General de Costas, pero "si está en nuestras manos lo haremos". Sin embargo, el regidor malagueño prefirió mostrarse cauto y abogó por esperar a "hablar para conocer la traducción completa de la colaboración que piden y tiene que ser algo posible". La negociación para encontrar una solución al problema de las concesiones no se encuentra en la misma fase en ambos casos. Así lo corroboró la ministra de Medio Ambiente que apuntó que en una de ellas "ya hemos avanzado bastante de la mano del Ayuntamiento", mientras que con la otra "hay más dificultad".
En concreto, no parece que los actuales ocupantes del restaurante de los Baños del Carmen supongan un problema para alcanzar un acuerdo sobre la concesión. La principal dificultad está con los propietarios de Astilleros Nereo, con quien ninguno de los responsables de la Demarcación de Costas de Málaga ha tenido éxito. Sea como fuere, Espinosa dijo que cuando este rescate se lleve a cabo "podrían empezar las obras", aunque sólo "cuando sepamos las fechas de los rescates se ajustarán los plazos exactos para iniciarlas inmediatamente".
Pero una vez salvado este escollo aún habrá que resolver el problema de la financiación. Tras el recorte anunciado por el propio Gobierno en materia de infraestructuras debido a la coyuntura económica, resulta poco viable que se pueda disponer de una partida de 13 millones de euros a corto o medio plazo, sobre todo cuando no hay una asignación específica para el plan. El proyecto para regenerar este enclave tan emblemático de la ciudad, y que data de 1920, se ha visto inmerso en un auténtico periplo mientras las distintas administraciones se ponían de acuerdo sobre la mejor solución. A lo largo de los años se han barajado varios planes hasta que en 2006 el Ayuntamiento de la capital y la Demarcación de Costas acordaron una actuación que contemplaba la adecuación de la playa, la construcción de dos espigones transversales, un pie de playa y la regeneración de la zona con la aportación de 90.000 metros cúbicos de arena.
Atrás quedaron los quioscos para refrescos, las casetas para cambiarse destinadas a hombres y mujeres, el restaurante, las pistas de tenis, la arboleda de eucaliptos y hasta el campo de fútbol que fue la sede del Málaga hasta 1941 que conformaban el recinto cuando fue inaugurado en los años 20 del siglo del pasado. El paso del tiempo y la falta de actuación de las administraciones han pesado como una losa a este lugar emblemático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario