lunes, 31 de enero de 2011

Duros por pesetas (Málaga Hoy)

ESTE pasado fin de semana compañeros de la redacción de Málaga Hoy han puesto sobre el tapete diferentes informaciones acerca de la operación urbanística que impulsa el propietario del Málaga CF, el jeque Abdullah Bin Nasser Al-Thani, centrada en el estadio de La Rosaleda y de los terrenos que ocupa, unas noticias que provocaron, en la noche del sábado y tras la derrota del Málaga frente al Zaragoza, una rápida y extraña reacción del club deportivo que mediante una nota oficial negó el carácter especulativo de la citada operación.

Es una realidad palpable que el desembarco del empresario catarí con su maleta repleta de proyectos suscitó entre la afición del Málaga CF grandes dosis de ilusión ante la posibilidad de que, por fin, el equipo de fútbol pudiera protagonizar una oportunidad única de crecimiento nunca vista hasta la fecha en el panorama deportivo español. Un proyecto, que según fuentes de la directiva, pasaría por la edificación de una nueva ciudad deportiva, que se denominaría La Academia, y que se ubicaría en la misma parcela de medio millón de metros cuadrados donde se levantaría más adelante el Qatar Stadium con capacidad para 65.000 espectadores que contaría, además, con un ambicioso y moderno centro de ocio con complejo hotelero incluido.

Dejando por sentado que no me considero ni un forofo del fútbol, ni un experto en materia deportiva, cuando Al-Thani desembarcó por estos lares levantando una enorme polvareda mediática lo único que pensé es que nadie da duros por pesetas. Una impresión que se confirmaba el sábado pasado cuando leía el titular de la primera página de este periódico que decía El jeque quiere comprar por sólo 3 millones La Rosaleda, que costó 39. Un planteamiento que no debe escandalizar a nadie teniendo en cuenta que no viene de manos de una ONG, sino de un empresario privado con el objetivo prioritario de rentabilizar sus inversiones. La intención de Al-Thani consistiría en comprar La Rosaleda a sus propietarios, Ayuntamiento de Málaga, Junta de Andalucía y Diputación, por 3,3 millones de euros, instituciones que desembolsaron 39 millones de euros en las obras de reforma del estadio, dinero público que inexplicablemente pretenden que vaya a parar a fondo de inventario, por decirlo de alguna manera. El jeque obtendría además para su beneficio las plusvalías, cifradas en cerca de otros 30 millones de euros, obtenidas tras la recalificación de los terrenos donde se levanta el actual campo de fútbol, al tiempo que se comprometería a sufragar en un 90% el Qatar Stadium y el ya citado proyecto deportivo que precisaría de una inversión, según el propio club, de 200 millones de euros. Y aquí aparece un nuevo dato llamativo. Algunas fuentes relacionan la ubicación del nuevo estadio en los terrenos de Arraijanal, cuyo uso lleva décadas envuelto en la polémica y sobre los que se propició un principio de acuerdo como condición previa de la Junta de Andalucía para la aprobación del nuevo PGOU de la capital.

Pero aún más sorprendentes son las manifestaciones realizadas ayer a Málaga hoy por el concejal de Deportes y Turismo del Ayuntamiento de Málaga y presidente del PP, Elías Bendodo. Primero negó que los propietarios del Málaga CF hubieran realizado al Consistorio ninguna propuesta en firme para la compra de La Rosaleda y sí reconoció que le habían presentado un boceto del proyecto deportivo aquí mismo descrito, para el que se habló de diferentes ubicaciones, entre ellas San Julián y Puerto de la Torre. Bendodo, que dijo que sin duda se trataba de una apuesta interesante, explicó que ante la complejidad de encontrar tanto suelo disponible para ejecutar el proyecto sólo puso como condición que se ubicara en el término municipal de la capital.

Por su parte, en fuentes de la Consejería de Turismo y Deportes de la Junta de Andalucía confirmaron la existencia de la propuesta para la compra de La Rosaleda revelada por este periódico y de tener conocimiento del nuevo proyecto, que calificaron de interesante. Aunque acto seguido explicaron que se trataba más bien de un asunto de carácter urbanístico, más que deportivo, y que debido a la sensibilidad que este tipo de asunto puede provocar en la afición, junto a la cercanía de los procesos electorales, no se consideraba el momento oportuno para abordarlo. Una urgencia inexistente para tratar ahora la cuestión, según el Ejecutivo autonómico, teniendo en cuenta que el actual estadio cubre en la actualidad a la perfección las necesidades del Málaga CF y que además, llegado el momento, habría que plantearse previamente, mediante algún convenio, la recuperación de los 12 millones de euros que la Junta destinó a La Rosaleda y que ahora debería revertir, por ejemplo, en equipamientos deportivos para Málaga.

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