miércoles, 9 de marzo de 2011

«La Pelusa también existe» (SUR)

Los vecinos reclaman un plan de rehabilitación integral de sus calles sin accesibilidad y el embovedado del arroyo WitternbergEn este núcleo vecinal del Palo, junto a la carretera de Olías, viven unas 4.000 personas
09.03.2011 -
NOEMI R. NAVAS nrodriguez@diariosur.es
MÁLAGA.

«La Pelusa también existe»
La presidenta de la Asociación de Vecinos La Pelusa, Inmaculada De la Torre, solicita el embovedado del arroyo Wittenberg. :: N. R. N.
Junto a la carretera de Olías está el barrio de La Pelusa, un núcleo poblacional de El Palo que por su nombre es poco conocido entre los malagueños, pero de gran importancia. En él viven cerca de 4.000 personas que piden actuaciones urgentes para salir del abandono en el que se encuentran. Y es que el entorno registra numerosas carencias que tienen en pie de guerra a la asociación de vecinos, porque como dice su presidenta, Inmaculada De la Torre: «La Pelusa también existe». El Ayuntamiento de la capital ya ha realizado pequeñas actuaciones, sin embargo los vecinos reclaman más: un plan de rehabilitación integral que aporte calidad de vida a este entorno urbano construído hace 40 años.
Para agilizar las actuaciones y hacer fuerza los vecinos de La Pelusa decidieron unirse hace dos años como colectivo, sin embargo, aseguran que aún no han recogido sus primeros frutos. «El barrio está de pena. No se ha hecho nada nunca e incluso han sido los propios vecinos los que han asumido mejoras en acerado y habilitado algunas rampas por fuerza mayor», comenta la presidenta.
Carrera de obstáculos
La fisionomía del barrio, con numerosas escalinatas y calles empinadas hace que un simple paseo se convierta en una carrera de obstáculos para cualquier mayor. «Es un peligro para nuestros abuelos, que deben sortear rampas imposibles, calles resbaladizas, escaleras y matojos por todas partes. Nuestras calles incumplen la actual normativa de accesibilidad y no es justo que haya personas encerradas en vida que no puedan salir ni a la puerta de su casa», explica la presidenta.
De la Torre centra sus peticiones en materia de accesibilidad, pero denuncia decenas de problemas. Aceras minúsculas, arquetas rotas, socavones en la calzada, suciedad y falta de iluminación son algunas de sus demandas, aunque los vecinos reconocen mejoras.
«Estamos contentos con el arreglo de la calle Algarrobo y la reposición de muchas rampas deterioradas. Ahora la fractura entre las dos fases de la Pelusa es menor y se solucionaría por completo con el embovedamiento del arroyo Wittenberg. Nos ha venido de perlas la apertura de Mercadona, ha dado vida al barrio, aunque falta mucho por hacer», afirma.
Sin zonas de esparcimiento
Además, los vecinos critican la situación «lamentable» del tendido eléctrico del barrio al que se une el cableado industrial de naves próximas a las viviendas donde la falta de seguridad es notable. «Ya hemos tenido algún incendio menor que afectó a una panadería y otros negocios», recuerdan.
Por otro lado, la asociación vecinal lamenta que en La Pelusa sólo haya un parque infantil con un columpio y un tobogán. «Durante años han sido los propios vecinos los que lo han mantenido limpio y han cuidado el jardín», dice De la Torre, «teníamos un empleado municipal de Limpieza que tenía el barrio de maravilla y también nos lo han quitado. Ahora no vienen todos los días, sino de forma esporádica». El colectivo solicita áreas de esparcimientos y algún parque para niños.
Así, los residentes esperan que el Ayuntamiento acometa «a la mayor brevedad posible» el proyecto de adecuación, rehabilitación y mejora del entorno urbano de La Pelusa, aprobado en pleno a principios del año pasado y «que según dijeron estaría culminado en un año y sería financiado con los Fondos PROTEJA y/o fondos municipales», recalca la portavoz. Una reivindicación que, para ellos, no puede esperar más.

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