Los trabajos para remodelar la plaza, que van a durar el doble de lo previsto, culminarán a finales de mes, en el Octubre Picassiano
Tenía que haber terminado en junio pero, finalmente, lo hará a mediados de este mes. La obra para remodelar la plaza de la Merced va a durar el doble de lo previsto para desesperación de vecinos y comerciantes que, según las consultas realizadas por este periódico, no están contentos ni con el desarrollo que han tenido los trabajos ni con su resultado. Tras el parón de la feria, en la que la zona central de plaza fue tomada la primera tarde por el 'botellón' al ser abierta al público por el Ayuntamiento, las obras se han desarrollado a un ritmo más lento del habitual, según señalan los vecinos. No obstante, en los últimos días hay una mayor presencia de obreros. Y es que el objetivo del equipo de gobierno es inaugurar la zona a mediados o finales de este mes, coincidiendo con los actos de la 24 edición del Octubre Picassiano.
Hasta entonces, los vecinos siguen padeciendo los rigores de un proyecto del que no están totalmente satisfechos. «Los vecinos están muy descontentos con la obra. Es lo que me dicen todos los que me encuentro cuando salgo de casa», asegura María Teresa Repiso, presidenta de la asociación de vecinos Plaza de la Merced. «Han puesto unos bancos que parecen tumbas y ahora nos dicen que las farolas que hay, que son provisionales, van a ser sustituidas por una especie de globos de cristal. Queremos que pongan las que había antes, que son las históricas», añade.
Repiso, que reconoce que la obra va «muy lenta», comenta que se esperaba «otra cosa» de la reforma de la plaza. «Deberían haber hecho algo más acogedor con la plaza más turística de Málaga. Los bancos son horrorosos», insiste.
Separar el tráfico
Igualmente, esta representante vecinal denuncia una de las cuestiones que más preocupa a los comerciantes y que es la falta de medidas para separar el tráfico de vehículos de las zonas de tránsito para los peatones. «La calzada no está bien delimitada y eso causa muchos problemas», apunta.
Una de las que más padece a diario esta carencia es Mirley Montanía, que regenta el bar que hay justo en la esquina frente a la casa natal de Picasso. «Esto es una locura, cualquier día va a ocurrir un accidente porque no hay bolardos y casi todos los días se dan casos de peatones distraídos que no saben que por aquí pasan coches», comenta. «La plaza ha quedado con un aspecto muy peatonal y falta que se señalice bien que todavía tiene tráfico hacia el mercado de la Merced. Creo que tendrían que prohibirlo y canalizar la circulación por la calle Madre de Dios, porque es muy peligroso que los coches pasen junto a las personas. Muchas veces se crean situaciones de conflictos porque les pitan y los viandantes se enfadan», explica.
Según pudo conocer este periódico, una de las cuestiones que todavía no está finalizada es precisamente la instalación de bolardos para delimitar los carriles por donde todavía pueden pasar los coches. Cabe recordar que el tráfico se mantiene con doble sentido en el lateral sur de la plaza, así como en el lateral oeste, para dirigirse hacia el mercado de la Merced, y las calles Frailes y Huerto del Conde.
Zanjas repetidas
María Martínez, que posee una farmacia en la esquina de la plaza con la calle Álamos, critica que la obra ha tapado y vuelto a levantar en varias ocasiones una misma zona por fallos a la hora de introducir las canalizaciones. «La parte que hay frente a mi farmacia la han levantado ya unas diez veces», asegura. Además, critica, por sus dimensiones, el casetón que se ha instalado junto a los contenedores soterrados del lateral sur de la plaza para albergar el cuadro eléctrico, y la mala transición y conexión con las aceras de la calle Álamos. «Hay un bordillo en el que ya han tropezado varias personas. Es un desastre», argumenta.
Junto a ella, María Victoria Bueno, de la administración de loterías Virgen del Pilar, dice estar «cansada ya de tanto polvo y ruidos». «La fachada me la han roto y todavía no la han arreglado. Hay clientes de avanzada edad que se han caído y no quieren volver hasta que la obra esté lista, así que estoy deseando que acabe cuanto antes», agrega María Victoria, que pone en duda las medidas adoptadas para garantizar la evacuación de aguas de la plaza cuando llueva. «Me da la impresión de que se van a formar grandes charcos», dice.
Ayer, los obreros se afanaban por culminar las obras en las conexiones de la plaza con la calle Frailes y la zona de Mundo Nuevo y la calle Victoria. Si se cumplen las previsiones del Consistorio, todos los trabajos concluirán este mes. Quedará entonces renovada una plaza que, tras una inversión de cinco millones de euros, no termina de convencer a los vecinos. Eso sí, a los bares del lateral norte les ha servido para ampliar considerablemente su zona de mesas y sillas
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