miércoles, 30 de noviembre de 2011

Más operarios que clientes (Málaga Hoy)


El centro abrió sin inauguración, sin parking y ultimando los retoques ya con el público
J. MORENO · L. GARCÍA / MÁLAGA | ACTUALIZADO 30.11.2011 - 01:00
zoom
1. Una cervecería, ayer sobre las 13:30. 2. Tiendas con las persianas a medio echar 3. Terraza del nuevo Café de París 4. Obras en el entorno de la zona comercial.
zoom
zoom

Sin acto oficial, sin parking y sin acabar. Así abrió ayer el Muelle Uno. Unas tiendas atendían al público mientras daban los últimos retoques. Otras, que iban algo más rezagadas en los preparativos, tenían las persianas a medio echar para que no entrara nadie. 

"Esto no está acabado, habría que venir con tenis", comentaba Cándida Guerrero que se había acercado a conocer las instalaciones. Antes de llegar a la zona comercial -en la esquina del puerto-, había hormigoneras, excavadoras y muchos operarios trabajando. Las radiales se oían a todo ritmo. 

En la zona comercial, los obreros se afanaban en los últimos retoques. En perfumerías Primor las dependientas atendían al público mientras terminaban de llenar las estanterías. José Carlos García, del antiguo Café de París, se sentía "privilegiado" de tener su restaurante en "un sitio mágico". Decía que había decidido acompañar a la ciudad en este "salto grandísimo y arriesgado". 

El director de Muelle Uno, Patricio Gutiérrez del Álamo, se mostraba satisfecho de abrir 70 tiendas a la vez "al borde del mar" y justificaba que no se aplazara la apertura en que si no se pone una fecha "nunca se abre". 

Hay tiendas que por primera vez abren en la capital, como Yamamay, La Martina, Lacoste o La Sureña. La terraza de esta cervecería estaba llena de clientes ayer al mediodía. A esa hora, el Gorki todavía no estaba abierto al público, aunque su plantilla se afanaba en acabar todo cuanto antes. 

"Será un éxito rotundo, no importa que esté a medias. Es un sitio espectacular. No era lógico tener esa valla y que viviéramos de espaldas al mar", sostenía eufórica Francisca Reyes. Los curiosos y los operarios se entrecruzaban bajo un sol que invitaba a quedarse. 

Los responsables del centro comercial insistían que todo estaba en regla salvo la licencia de primera ocupación del parking y que por eso el aparcamiento estaba cerrado. A media tarde, llegó la nota del Ayuntamiento de Málaga en el que se instaba a la concesionaria y a la Autoridad Portuaria a no abrir al público por razones de seguridad ya que aún había obras. Para entonces ya llevaba unas siete horas abierto. Ni clientes, ni curiosos, ni tiendas, ni policías portuarios se habían enterado de la advertencia municipal. Allí seguía fluyendo la gente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario