sábado, 26 de noviembre de 2011

Un batallón de 3.000 obreros ultima el gran centro comercial del puerto (Málaga Hoy)


La bautizada como nueva calle Larios de la ciudad tiene previsto abrir sus puertas el martes por la mañana · El proyecto, impulsado por Iniciativas Marina de la Farola, incluye 78 tiendas de moda y restaurantes
SEBASTIÁN SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 26.11.2011 - 12:45
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Tres días y contando. A la bautizada como nueva calle Larios de la ciudad, al considerado como nuevo espacio comercial de referencia de la capital de la Costa del Sol, el agua se le viene encima y el calendario se le achica sobremanera. Pero que nadie se alarme, porque todo estará a punto para el próximo martes, jornada en la que el Muelle Uno, denominación que recibe la transformación de l muelle de la Farola del puerto de Málaga, se abrirá al público en toda su plenitud. Al menos eso es lo que dice confiado el gerente de Iniciativas Marina de la Farola, Patricio Gutiérrez del Álamo, que cifra en unos 3.000 los obreros que en estos días pasan por un escenario en plena ebullición. "En hora punta puede haber trabajando al mismo tiempo unas 1.500 personas", comenta, al tiempo que admite que en la adecuación de los locales algunas empresas pueden estar incluso de madrugada perfilando los detalles. 

Todo patas arriba se atisba a la vuelta de la esquina el momento en que se pondrá fin a casi cinco años de un proyecto icono de la operación de integración del puerto en la ciudad y que ve la luz superando no pocos sobresaltos en el camino. Incluyendo en el ajetreado itinerario la renuncia de Udisa, firma que encabezaba la alianza empresarial que se hizo con la adjudicación del proyecto en julio de 2005. Los números revelan la envergadura de una intervención empresarial que se desarrolla sobre un espacio de 56.000 metros cuadrados y en el que se han invertido del orden de 80 millones de euros. 

El goteo de los minutos es implacable en un espacio convertido en enjambre de trabajadores, colmatado de obreros que, sin descanso, apuntalan los cimientos del centro comercial. La estampa que presentaba la zona a mediodía de ayer, cuandoMálaga Hoy la visitó, no permitía ser especialmente halagüeños con la culminación en plazo. Pero Gutiérrez del Álamo pone freno al desaliento. "Estas cosas suelen ser así". Parece que no se llega, pero al final se llega. 

Varios cientos de chalecos amarillos se observan desperdigados por todo el muelle 1, pero todos con un objetivo concreto. En la conocida esquina de oro, donde se levanta el edificio cultural que, previsiblemente, a principios de diciembre la empresa entregará al Ayuntamiento de la ciudad para su gestión, se cuenta alrededor de una treintena de obreros, cifra que crece cuando a este punto se suma la reurbanización del Paseo de la Farola. Éste es, sin duda, uno de los puntos que más gana con la transformación ahora en marcha, por cuanto aumentará de manera exponencial el espacio destinado al paso y a la estancia de los vecinos. 

A través de este punto, los ciudadanos dispondrán de tres accesos al muelle, que se sumarán la entrada prevista en la esquina de los muelles 1 y 2, a la conexión peatonal por la calle Vélez-Málaga y al enlace con el Palmeral de las Sorpresas, que servirá de plataforma para aquellos que acudan al Muelle Uno desde el centro de la ciudad. 

¿Pero qué es lo que encontrarán los vecinos cuando accedan a esta nueva calle? La oferta diseñada por Iniciativas Marina de la Farola mezcla dos elementos fundamentales, las tiendas de moda y los restaurantes. En el primero de los casos, la superficie prevista estará ocupada desde su inauguración al 75%, quedando pendiente una serie de locales para los que hay conversaciones con firmas de cierta entidad. A pesar de ello, los responsables del proyecto apuntan que estéticamente todo el muelle se verá completo, ya que los pocos huecos serán ocupados temporalmente por otras empresas ya implantadas en el centro. 

Yamamay, Amichi, Mango, Gerry Weber, Adolfo Domínguez, Etxart & Panno, Tommy Hilfiger, Roberto Verino, Hackett, Bimba y Lola, Dolores Promesas, Lacoste, Levi's, Timberland, Diesel, Miss Sixty, Energy, Guess... Son algunas de las 78 firmas que ayer trabajaban a destajo para ultimar las actuaciones. A ellas hay que sumar, por ejemplo, la tienda de deportes Décimas, cuyas trabajadoras ya colocaban parte del material que se pondrá a la venta en tres días. Su responsable, Guadalupe Martín, admite que no han tenido mucho descanso en las últimas jornadas. Para ella, asentarse en este punto le permite, ante todo, "ganar imagen", al tiempo que destaca la calidad del entorno en el que se localiza. "La gente va a pasar por aquí, lo que nos queda es lograr que entren", dice a las puertas de su local. 

La parte que está completa es la de restauración, con un referente claro: El Café de París. En el interior del establecimiento, situado junto a la capilla del puerto, la cocina ya está casi montada, pero lo que más destaca es el seto vegetal que hará las veces de una de las paredes del establecimiento. Se da la circunstancia de que justo unos días antes de abrir sus puertas, el establecimiento dirigido por el chef malagueño José Carlos García ha perdido la estrella Michelin que tenía, por lo que el objetivo es recuperarla en el nuevo local. A este nombre se suman otros como la marisquería Godoy, Gorki, la cafetería Plaza, un restaurante de comida mexicana-hindú... 

Leonardo D'Agostini es propietario de la cafetería Plaza, en cuyo local ya se deja ver parte del mobiliario. "Fui de los primeros en interesarme por el proyecto; es un espacio con mucho potencial y unas vistas extraordinarias", comenta. Su establecimiento estará abierto desde de las 08:00 hasta las 02:00 todos los días de la semana. A pocos metros de este espacio se levanta el local de Jagdeep Singh, que promueve un restaurante mezcla mexicano-indú. "Este es un centro que tendrá un buen futuro", afirma confiado este empresario, que trae a Málaga el modelo que ya tiene implantado en Puerto Marina. 

A todo ello, el gerente de Muelle Uno quiere sumar el espíritu cultural del centro, con la presencia de mimos y otros artistas rescatados del casco antiguo. Una primera acción tendrá lugar desde el 2 de diciembre, con motivo de la campaña de Navidad. "Estarán Neptunoel y el Rey Marchor", dice Gutiérrez del Álamo, que insiste: "Todo, con mimos, teatro, espectáculos callejeros, bandas de jazz; la idea es que cada día todo el que venga se encuentre con algún tipo de animación". Desde Muelle Uno se observa, por encima de los árboles del Parque y del Palmeral de las Sorpresas, la torre de la Catedral y, más a la derecha, se deja ver la Alcazaba. Señas de identidad de una ciudad a la que quedan horas para redescubrir parte de su puerto.

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