sábado, 16 de febrero de 2008

La segunda piel de la Catedral (SUR)


La primera fase de las obras de remodelación de la cubierta del templo toca a su fin. Dentro de dos meses comenzarán los trabajos para colocar el recubrimiento que evitará filtraciones de agua
PASO A PASO
Las obras de remodelación de la cubierta de la Catedral cuenta con dos fases:
Primera fase: Colocación de las nervaduras de ladrillo perforado sobre las bóvedas de la cubierta. La zona del ábside, crucero y capilla mayor está al 50%; la de la nave central y las laterales, al 15%.
Segunda fase: Colocación de la 'piel de la cubierta', una estructura formada por una cámara contra condensaciones, cartón, armaduras de acero inoxidable, una capa de regulación, una lámina de plomo y todo ello forrado con ladrillos y solería. Se iniciará en abril o mayo.

LAS obras de la cubierta de la Catedral van según lo previsto. Así lo aseguró ayer el aparejador de fábrica del templo, Fernando Ramos. Los minuciosos trabajos para colocar «la segunda piel» a la Manquita, que comenzaron el pasado mes de octubre, están cumpliendo los tiempos y en un año podrán darse por concluidos. El objetivo, según recuerda Ramos, es proteger la cubierta original y evitar filtraciones, humedades y goteras a través de una cobertura aislante formada por varias capas de materiales especiales y de una serie de canaletas que recojan el agua de la lluvia.La primera fase, que consiste en la colocación de las cuadernas de ladrillo perforado, está al 50% en la zona de la cubierta realizada en el siglo XVI -correspondiente a la zona del ábside, el crucero y la capilla mayor- que cuenta con la financiación conjunta del Obispado de Málaga, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento.
Plazos cumplidos
En la zona del siglo XVIII -que corresponde a la nave central- las cuadernas están al 15% porque comenzaron un poco más tarde, al ser una obra independiente con la financiación del Gobierno central. «Pero aunque estén menos avanzadas, no es una zona compleja, así que terminarán a la par», aseguró Ramos, quien señaló que el trabajo más difícil de mediciones y replanteos para asegurar que «una gota de agua que caiga en la clave de la bóveda no se detenga y siga al bajante sin dejar charcos» está ya hecho. En dos meses, se pasará a recubrir las cuadernas de las 22 bóvedas con las que cuenta la Catedral con un complicado sistema que cuenta con una capa que evita la transmisión de temperatura de fuera adentro, una cámara contra las condensaciones, cartón, armadura de acero inoxidable, la regularización, la lámina de plomo, forrada con ladrillos, y la solería general. Además, este sistema, según insistió Ramos, no es fija. «La Catedral es una estructura isostática, es decir, que tiene movimiento, así que la nueva cubierta no podía ser rígida, sino que permite absorber los posibles vaivenes del templo para que no se quiebre y vuelva a filtrarse el agua», afirmó. Además, es un arreglo reversible, es decir, que si en el futuro se comprobase que existe un mejor sistema de protección, el que se está instalando en la actualidad podría quitarse sin dañar la cobertura original.

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