sábado, 29 de noviembre de 2008

Proyectos que nunca fueron (Málaga Hoy)



El parque temático, el rascacielos junto a la Comisaría o el Guadalmedina son algunas de las iniciativas olvidadas

Dijo el poeta francés Balzac: "La vida no va sin grandes olvidos". La sentencia del literato es aplicable al devenir de Málaga en las últimas dos décadas, un tiempo en que se han sucedido de manera continuada ideas, bocetos y proyectos de los que se supo una vez pero no más. Al listado de ensoñaciones pertenecen por méritos propios la torre de luz que se quiso instalar en la Catedral de Málaga, el rascacielos propuesto frente a la Comisaría Provincial de la Policía Nacional, la torre de comunicaciones del puerto, el parque temático y, hasta que se demuestre lo contrario, el Plan Guadalmedina.

Un catálogo al que no se sabe si habrá que sumar la propuesta realizada por el PP para extender un puente de 11 kilómetros entre el Martín Carpena y la Cala del Moral. Los inicios de esta intervención crean dudas semejantes a las que en su momento originaron otras grandes ideas y que, a fecha de hoy, siguen acumulando olvido.

Si se elaborase un hipotético ranking, una posición de privilegio tendría que estar reservada al parque temático puesto sobre la mesa en 2003. El autor de la iniciativa fue el entonces concejal de Comercio del Ayuntamiento de Málaga José Luis Ramos e incluso el Pleno aprobó el 25 de marzo de ese año una proposición para "declarar de interés municipal" esta iniciativa, al tiempo que anunciaba un concurso de ideas. Pero tras más de cinco años, agua de borrajas.

A ella se suma la iniciativa de un grupo inversor que, a finales de 2004, planteó la construcción de un gran centro financiero y de negocios de 258 metros de altura, con 40 plantas, en la explanada situada frente a la Comisaría provincial. Las dimensiones que se barajaban situaban la edificación como una de las más altas de Europa. El macroproyecto vive aún en un punto y aparte que no parece tener solución. Como tampoco la tiene la torre de luz con la que en febrero de 2005 la Asociación Amigos de la Catedral y la Fundación Málaga pretendían cubrir la desnudez que presenta el templo de la capital, que sólo dispone de una torre. La iniciativa contemplaba la instalación de 25 proyectores de luz xenón de alta concentración y potencia, que daría forma a un haz de grandes dimensiones que podría ser visto en toda la ciudad.

Otra torre, en este caso de comunicaciones, fue planteada por un miembro del PP, Salvador Merino, como actuación de referencia en la ciudad. La idea era situarla sobre los terrenos ganados al mar tras la construcción del dique de Levante, en el puerto, suelo que finalmente dará cabida a un gran aparcamiento para autobuses turísticos. Merino se justificó en que cuando se hizo el planteamiento la empresa World Trade Center estaba dispuesta a asumir el coste de la ejecución, de unos 8.000 millones de pesetas, pero la parsimonia con la que se manejaron los cambios en el espacio portuario la hicieron desistir.

El Plan Guadalmedina tiene nombre propio en este relato. La ex alcaldesa de Málaga Celia Villalobos lo presentó en 2000, en plena campaña de las elecciones generales, pero desde entonces las administraciones públicas no han podido solventar los escollos técnicos y políticos a los que se enfrenta una intervención cuyo presupuesto rondaba los 600 millones de euros. Las imágenes plasmaban el embovedamiento del río en su traza urbana y la creación de una avenida para tráfico y una línea de metro.

Un ejemplo de la desidia administrativa a la hora de abordar los compromisos asumidos es el cinturón verde de 40.000 hectáreas de bosque prometido por la Junta de Andalucía en 1999 alrededor de la ciudad y que exigió al Gobierno central. Once años más tarde, la misma institución se desentiende y no la contempla ni recuerda.

El silencio resuena en los recovecos de la historia reciente de la ciudad cuando se trata de estas infraestructuras. Un mutismo que se mantiene con el circuito de velocidad que se quería ejecutar en la capital de la Costa del Sol y con el túnel que se dibujó bajo el Monte Gibralfaro para unir la plaza Torrijos con la ronda. Mientras en el primer caso, las empresas privadas que hicieron la propuesta mantienen el interés, en el segundo, el Ayuntamiento zanjó el debate hace años. Y a todo ello hay que sumar, como iniciativa más próxima, el tranvía litoral, ese mismo que durante las pasadas elecciones municipales se disputaron Francisco de la Torre y Marisa Bustinduy, entonces candidatos de PP y PSOE, y al que el regidor malagueño dio carpetazo pocos meses después de los comicios.

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