miércoles, 18 de marzo de 2009

Clavijo afirma que no hay prevaricación en Matagallar. Coín (La Opinión)

El alcalde de Coín dice que no dará la licencia de obras mientras no se garantice la salubridad del acuífero

PEPE MAZA. COÍN El alcalde de Coín, Gabriel Clavijo, defendió ayer su actuación en torno al proyecto de construcción de una macrourbanización en el paraje de Matagallar y afirmó ayer que "en ningún momento ha realizado ninguna acción que vaya en contra de la legislación vigente". Clavijo ofreció ayer una rueda de prensa en el Ayuntamiento tras conocer la querella que han interpuesto contra él las empresas Frai, AIFOS, Arquitectura y Promociones Inmobiliarias, Comarex, así como Caja Rural de Granada, por presunta prevaricación administrativa, por el bloqueo del inicio de las obras de la macrourbanización que los promotores tienen previsto construir en el paraje Los Llanos de Matagallar.
Las promotoras adquirieron los terrenos en 2004 y, según la querella, la urbanización ya contaba con las aprobaciones tanto del plan parcial como del proyecto de urbanización. En agosto de 2006, Clavijo paralizó las obras mediante Decreto por "no existir garantías por parte de las promotoras de que la construcción de la macrourbanización no acarrearía riesgos de contaminación hacia el acuífero sobre el que se pretende edificar". Clavijo resaltó que "no existe prevaricación administrativa" y sí "el interés de defender la salud del paraje de Matagallar". El regidor manifestó que es competencia del Consistorio comprobar y velar por el cumplimiento de todos los documentos y condicionantes impuesto por las administraciones públicas con competencia en los expedientes administrativos tramitados con causa en el proyecto

1 comentario:

  1. ¿SOBORNO O EXTORSIÓN?



    Rafael del Barco Carreras



    13-02-09. Yo afirmaría sin dudar que en España domina la EXTORSIÓN. Lo sabemos muy bien quienes hemos ejercido de empresarios. Un servicio público, un contrato o venta, una concesión, un auto y hasta sentencia, a menudo tiene un precio ajeno al impuesto o la tasa, que se pagará si se pretende o necesita el bien, derecho, servicio o venta. Jamás he oído de nadie en mi entorno que sobornara a algún cargo público, y por docenas los empresarios que han pagado lo que les exigían, y normal quienes hasta de generaciones atrás tienen establecido en negro la comisión, incluso especie de sueldo mensual fijo, al jefe de compras, jefe de servicio o firmón y tramitador correspondiente. Lo he vivido en persona, he pagado, pero nunca se me ha ocurrido la oferta directa, se hubieran carcajeado, “roto las vestiduras”, o peor. Un despistado ignorante, un fuera de lugar, y encima peligroso por su atrevimiento.

    El gran March decía que quien no tiene precio es que no vale nada. Le diría que el precio lo fijan de antemano los corruptos funcionarios públicos, a miles, a través de sus sofisticados canales, o no sofisticados. El “Lo sabía toda Barcelona” de Pascual Estevill y Piqué Vidal, o los Delegado e Inspectores de Hacienda. El 3% de Maragall. O el ¡colmo! en la Modelo del 80, yo mismo (preso-ordenanza-contable en Economatos y Suministros) rellenaba las facturas y recibos en blanco de los proveedores, una docena, y “todos con la misma máquina de escribir”, aun se podría comprobar en los estados de cuentas bimensuales perfectamente cuadrados, etc…etc...

    Se podría generalizar que en Obra Pública las comisiones en negro son normales, por lo tanto no se puede hablar de ni extorsión ni soborno, y lo que viví para SALIR DE LA CARCEL es extorsión en su grado más duro, amoral y sucio.

    La falacia y la hipocresía reina en España, y la ley y léxico perpetúan una mecánica donde el funcionario público no se vende, o se deja sobornar, sino que es el dueño y señor del feudo y cobra su peaje. Difícil descubrir y probar el montaje para la recaudación con bufetes, consulting o simples familiares o amigos canalizando clientes. La figura del Conseguidor que tanta estafa ha propiciado. Descubrir a los corruptos o sus intermediarios, tratarlos, y pagar, centra el éxito de mucho empresario, diría, la mayoría en ciertos sectores. En situaciones de difícil discernir si uno es un empresario o simple “hombre de paja” recaudando y pagando, caso en la Burbuja Inmobiliaria entre ayuntamientos, inmobiliarios y banqueros-cajeros.

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