domingo, 15 de marzo de 2009

Empresarios insisten en ubicar el polígono en el alcornocal de Los Llanos. Marbella (La Opinión)

Afirman que la ciudad necesita un parque moderno para salir de la crisis. Los ecologistas defienden el pulmón verde

PRINCESA SÁNCHEZ. MARBELLA La ubicación del futuro polígono industrial de Marbella es una incógnita que el texto urbanístico aprobado provisionalmente no resuelve. Los empresarios no están conformes con el, a su juicio, pequeño espacio de 50.000 metros cuadrados, que el documento les reservaba para mudar un polígono que ahora mismo ocupa 250.000. Su alternativa es trasladarse al norte del centro comercial La Cañada, en la finca Nueva Marbella, pero un alcornocal de alto interés ecológico, conocido como Los Llanos de la Mina, dificulta la consecución de su objetivo.
"El Plan de Ordenación Territorial (POT) declara esta zona como ´área de centralidad logística´ y es en ella donde se dibujó la instalación del nuevo parque empresarial en el Plan General aprobado inicialmente", explica el presidente de la agrupación que aúna las voces de 400 empresarios, Francisco Pimentel.
Una alegación de Ecologistas en Acción sin embargo, ha cambiado las tornas. A partir de este escrito, un informe de carácter vinculante de la Consejería de Medio Ambiente hizo cambiar la calificación del área en el nuevo PGOU modificado por el gobierno del PP, que la declaró zona verde para impedir la construcción en un bosque de alrededor de un millar de diferentes ejemplares que defiende este colectivo.
El valor medioambiental de esta zona es indiscutible", aseguró el representante ecologista Rafael Ávila, quien considera que los industriales tienen más espacio para construir sin necesidad de invadir un ecosistema natural. Pero la morfología de las zonas situadas a ambos lados del alcornocal "nos lo impiden".
Pimentel señaló la imposibilidad de construir en un suelo donde las pendientes superan el 30% y recordó su iniciativa de crear un parque de 400.000 metros cuadrados junto al polígono donde se trasplantarían estos árboles, "que no componen un bosque, sino que constituyen rodales en degradación de acuerdo con un estudio biológico desarrollado por una empresa independiente".
Ávila cree que es una excusa para "no gastar dinero en aplanar el terreno", a pesar de las plusvalías que, asegura, ingresarán los empresarios con la revalorización de los suelos donde se ubican ahora sus naves, a la entrada de la ciudad.

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