Una veintena de malagueños visitaron ayer la ciudad con la guía de los murales que la decoran desde el siglo XVIII
09.10.2009 -
Vista del Instituto de Educación Secundaria, Vicente Espinel, que posee variados murales con la representación de los clásicos querubines. / J. A. PORTILLO
Cada ciudad tiene su historia, pero pocos se paran a admirar las maravillas que se les presentan. Los murales pasan inadvertidos para muchos de los ciudadanos que pasean cada día por las calles donde se encuentran, sin pararse a pensar en la historia que ocultan. Con motivo de la I Semana de la Arquitectura 'Ciudad de Málaga', la Sección de Arqueología de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) organizó ayer una ruta de las pinturas murales de Málaga.
Aunque esta actividad es pionera y aún no esta consolidada en la ciudad, unos 20 jóvenes y mayores se congregaron ayer en la plaza de la Higuera, para conocer y observar las fachadas que se han recuperado y aquellas que se están rehabilitando.
La mayoría datan del siglo XVII, y una de las primeras que aparece es la iglesia de Santiago, que posee un estilo gótico-mudejar mezclado con toques cristianos. Su construcción se inició tras la reconquista cristiana, hacia el año 1487, por los Reyes Católicos. El tiempo tapó las pinturas y tras la remodelación que sufrió se han podido recuperar sus murales.
Otra de las viviendas, palacios o iglesias que se pudieron observar durante la ruta fue el Centro Cultural Provincial, situado en el número 17 de la calle Parras, que antes era la Gota de Leche, conocido así por ser el lugar donde vivían los niños abandonados y al que acudían familias enteras que no tenían dinero ni casa.
Los doce murales que se vieron son sólo una parte de los 150 que hay catalogados, sobre todo de tradición mudejar. Se pretende fomentar el respeto por estas pinturas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario