La Junta de Andalucía ha invertido ya casi cinco millones de eurosLa instalación de ascensores encabeza las demandas vecinales
16.11.2009 -
Uno de los edificios del casco antiguo de Marbella que se ha acogido al plan de rehabilitación singular de la Junta de Andalucía. /JOSELE-LANZA
Humedades. Instalaciones eléctricas obsoletas. Edificios de seis pisos sin ascensor. Cocinas desvencijadas. Cuartos de baño insalubres. Cornisas que amenazan desplome. La lista de desperfectos es interminable y el cambio que han sufrido las viviendas, radical. Más de un millar de familias han puesto a punto sus casas, ya sea sus propios inmuebles o las zonas comunes de sus edificios, gracias a los programas de rehabilitación puestos en marcha en la ciudad por la Junta.
Estos planes benefician, por partida doble, a personas con escasos recursos y a propietarios de viviendas ubicadas en los cascos antiguos de Marbella y San Pedro Alcántara, integradas en un área de actuación concertada. En el primer caso, las ayudas han llegado a más desde 600 familias. En el segundo, a 376, aunque el objetivo es recuperar 1.921 viviendas en los próximos años.
«La Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio está trabajando en rehabilitar el parque residencial existente y Marbella es un buen ejemplo de ello con la creación de un área de rehabilitación concertada», valoró la delegada provincial del ramo, Josefa López, que puso el acento además en que gracias a estas ayudas públicas se está contribuyendo a reactivar el sector de la construcción.
En total, según explicaron desde la Delegación Provincial de Vivienda y Ordenación del Territorio, se han invertido ya cerca de cinco millones de euros (2,2 para los programas de rehabilitación genéricos, tanto para edificios, inmuebles individuales o infraviviendas, y 2,7 millones para el área concertada, ceñida a ambos cascos antiguos). Y de entre todas las intervenciones, la estrella es la instalación de ascensores en edificios antiguos.
Movilidad
«En algunos casos son bloques de hasta seis plantas en los que tienen que subir por las escaleras», señala la directora de la Oficina de Rehabilitación de la ciudad, María José Cerdán. El problema de movilidad de algún vecino es el detonante para que la comunidad empiece a moverse, aunque la falta de acuerdo o de espacio puede frenar el proyecto. No es el único caso en que la rehabilitación es una actuación de emergencia. La mayoría de los inmuebles arrastra un buen puñado de años. La media, dos décadas. «Hemos encontrado viviendas en condiciones bastante precarias», explica la responsable de la oficina. Pese a que no suele haber problemas de estructura, sí los hay de humedades, fachadas en mal estado o instalaciones obsoletas.
A día de hoy, muchas están inmersas en el trasiego de obreros. Atrás quedó el papeleo para acogerse a algunas de las opciones. Para las áreas concertadas, el programa de rehabilitación autonómica, dirigido a viviendas individuales, contempla ayudas del 50 al 70 por ciento de un presupuesto de ejecución de 12.000 euros, cifra que se eleva a 18.000 euros cuando se trata de reforzar la seguridad estructural. Los demandantes deben tener unos ingresos máximos y el inmueble, más de diez años, entre otros requisitos.
Las otras opciones pasan por la llamada rehabilitación singular, dirigida a zonas comunes de edificios, con subvenciones de entre el 75 y el 95 por ciento. Incluye la redacción del proyecto y están exentos de la licencia. Fuera de las áreas, el resto de vecinos también puede subirse al carro de los programas de rehabilitación tanto autonómica como singular contemplados en el Plan Concertado de Vivienda y Suelo 2008-2010. Siempre que cumplan los requisitos.
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