martes, 1 de diciembre de 2009

La esperada resurrección (Anuario de Economía de La Opinión)

El sector inmobiliario ha sufrido un duro ajuste, pero ya se intuye la recuperación para el segundo trimestre del año próximo tras tocar fondo
El sector de la construcción está empezando a dejar de mirar hacia abajo y ya piensa en levantar la vista para avanzar. O al menos, empieza a planteárselo. Los índices que todavía se registran siguen siendo negativos, pero cada vez con bajadas más suaves. Tanto es así que el Pulsímetro Inmobiliario que elabora el Instituto de Práctica Empresarial (IPE) empieza a poner fecha para la recuperación. A partir de la próxima Semana Santa se esperan registrar los primeros datos positivos en este castigado sector.

El primer trimestre de 2010 marcará el final de la cuesta abajo y el comienzo de una nueva etapa que, si bien no repetirá los desbocados crecimientos de años anteriores, sí que supondrá un alivio para las inmobiliarias.

El principal índice que muestra el final de esta caída es la creciente estabilidad del precio del metro cuadrado construido, cuando no se registra alguna tímida subida. Lo cierto es que ya no se van a bajar más los precios, tras ajustes a la baja que han rondado un sobre el precio de salida en dos años.
Eso no quita que Málaga todavía tenga un importante ‘stock’ de viviendas por vender, que ronda las 30.000 unidades y cuya venta es fundamental para que no sólo se recupere el sector de las inmobiliarias, con las plusvalías generadas, sino también la construcción de nuevas viviendas una vez que se desatasque el mercado y se recupere la demanda.

A favor juega el precio de la hipoteca en Málaga, que ronda los 132.142 euros tras un descenso del 7% respecto a 2008. Estas cifras sitúan a la provincia entre las que registran las hipotecas más bajas y en unas situación óptima para animar a posibles compradores de viviendas.

Recuperar

Uno de los objetivos del sector es recuperar una actividad suficiente para mantener económicamente a las empresas que permanecen tras la criba sufrida durante los últimos meses. Casi se puede hablar de limpieza en este sector, con el cierre de 3.000 empresas dedicadas a la actividad inmobiliaria desde 2008 y que se ha cebado especialmente en aquellas que disponían de una escasa base económica al nacer al albur de los años de mayor crecimiento, sin un plan de negocios muy definido. No obstante, queda una amplia base de 25.700 sociedades con actividad en este sector que, de superar estos meses de fuerte caída, se quedarán en una situación óptima para recuperar la actividad y sin el lastre de la feroz competencia que llegó a saturar el mercado.

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