martes, 29 de diciembre de 2009

La Junta obliga a la promotora de las obras de Guadalmina a contratar a un arqueólogo. Marbella (SUR)

Este especialista vigilará los trabajos que se ejecutan en una propiedad privada y actuará en caso de que aparezcan nuevos restos
29.12.2009 -
JOSÉ ANTONIO GARCÍA
MARBELLA

Las obras que se ejecutan en una propiedad privada de Guadalmina donde se encontraron restos arqueológicos seguirán su curso. Así lo dictamina el informe técnico que la Delegación provincial de Cultura de la Junta de Andalucía ha remitido al Ayuntamiento de Marbella a raíz del descubrimiento de esos vestigios con forma de cerámicas por parte de un vecino que pasaba por la zona. El documento informa en todo caso al Consistorio de que deberá obligar a la empresa constructora que realiza los trabajos, Bonifacio Solís, a contrata a un técnico especialista en arqueología para supervisarlos en todo momento.

Las obras se reanudan porque la Junta entiende que son compatibles con lo que, a falta de una posterior confirmación a través de otro informe que aporte más luz al caso, parece que existe en ese subsuelo: una necrópolis de la época romana. La empresa encargada de los trabajos está obligada a partir de ahora a hacer una vigilancia arqueológica, según confirmó a este periódico el delegado provincial de Cultura, Manuel Jesús García. Lo primero que deberá hacer será contratar a un arqueólogo para que haga un proyecto de vigilancia que en última instancia deberá supervisar la Junta para darle el visto bueno.

El documento de la Junta estima que el descubrimiento fue casual y que, por tanto, no existe responsabilidad alguna ni negligencia por parte de la promotora porque el espacio además no está protegido en su totalidad.

El delegado provincial de Cultura de la Junta describió el proceso que la empresa deberá seguir a partir de ahora, en concreto una actividad arqueológica preventiva; si bien precisó que las obras que en su momento fueron paralizadas se reanudaron al poco tiempo en la zona no afectada por los hallazgos. De lo que se trata en definitiva es de que ese arqueólogo no pierda de vista esos trabajos. Si aparece un nuevo resto, entonces deberá pararlos nuevamente para determinar el valor e impulsar su protección en caso necesario.

Plan General
El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) marcará un antes y un después en materia arqueológica. El planeamiento, a falta de aprobación definitiva por parte de la Junta, contempla por ejemplo que la zona de Guadalmina tendrá en toda su extensión nivel 2 de protección arqueológica; lo que obligará a contar con un proyecto de actividad arqueológica con carácter previo para cualquier acción que allí se acometa y que afecte al subsuelo.

«Aquí de lo que se trata sobre todo es de conseguir la máxima protección de los restos que se pudieran encontrar, por lo que resulta necesaria la presencia de este arqueólogo que corre por cuenta de la constructora», refirió el delegado provincial de Cultura, quien reiteró que efectivamente el informe, como de hecho constató la propia arqueóloga enviada en su día por la Junta cuando tuvo conocimiento del caso, apunta a la existencia de una necrópolis: «Sin embargo, para corroborarlo definitivamente habrá que esperar a que se emitan nuevos estudios».

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