lunes, 29 de marzo de 2010

MÁLAGA La historia se escribe en piedra. (SUR)

Numerosos blasones continúan hoy en día en las puertas de algunas de las casas más antiguas del casco histórico de la ciudad. Escudos heráldicos recuerdan el pasado nobiliario de la ciudad de Málaga.

En el entorno de Carretería se conservan más escudos por ser la zona de expansión de la ciudad en el XVIII.

Cuando uno pasea por ciudades cargadas de historia la esquina de cada calle habla de ella por sí sola. El único inconveniente es que en la mayoría de las ocasiones no sabemos qué nos quieren decir. Eso es lo que ocurre con los blasones que se pueden contemplar en numerosos inmuebles del centro histórico de Málaga, coronados por escudos familiares. La falta de un estudio pormenorizado sobre el tema complica el conocimiento de sus orígenes, aunque es posible identificar algunos elementos a simple vista.
«Hoy en día es posible conocer a qué familias pertenecen los escudos que están en las fachadas de las casas gracias a la enciclopedia García Carraffa que se conserva en el Archivo Municipal», asegura Sebastián García Garrido, profesor de diseño en la Escuela Universitaria Politécnica y especialista en heráldicas.
Las casas blasonadas que se encuentran en el centro de Málaga son posteriores a la llegada de los Reyes Católicos puesto que, como explica el historiador Rubén Camacho, no se conservan inmuebles pertenecientes a la ocupación musulmana. «En la zona cercana a la plaza de la Merced se conservan muchos escudos porque las calles Carretería y Álamos eran zonas de expansión de la ciudad en el siglo XVIII. También, por la falta de materiales, en esa época comienzan a pintarse las fachadas con motivos decorativos», revela Camacho. Es sencillo encontrar escudos en los exteriores de algunos inmuebles de esa zona. Si partimos de la plaza de la Merced, en el número 3 de la calle Álamos aparece un edificio recientemente restaurado en el que se puede contemplar un blasón: «Por el estilo debió construirse entre los siglos XVI y XVII y tiene un valor más documental que artístico», agrega.
Muy cerca de allí, en la calle Mariblanca, 21, otra casa corona su puerta de entrada con un escudo: «Su forma es compleja hasta el punto de no responder a ningún esquema fijo, propio del siglo XVIII», destaca García Garrido.
Bajando hasta la calle Carretería hay un caso que llama poderosamente la atención. Una casa contemporánea cuenta con un escudo colocado a la entrada de la misma: «Este tipo de circunstancias se producen por la Ley del Patrimonio Histórico que obliga a colocar los escudos en el mismo sitio que estaban», asegura el experto. Este, concretamente, por su composición, fue ejecutado en el siglo XVIII y refleja «una acumulación de atributos alusivos al ámbito militar al que debía pertenecer su titular, además de ostentar el título de marqués, como define la identidad de la corona», explica.
Representativo
En otro rincón cercano del centro, en la calle Císter, se encuentra el palacio de la familia Zea-Salvatierra, que en la actualidad pertenece a la del doctor Gálvez Ginachero y que luce en los muros exteriores del edificio dos blasones. Según el profesor García Garrido éstos identifican a las dos familias de un matrimonio.
Muy representativo en el mundo heráldico de Málaga es el escudo de la portada del edificio Edipsa, perteneciente los que fueran sus dueños en el siglo XVIII: «El escudo de este palacio corresponde al matrimonio Ugarte-Barrientos. Sin embargo, no tenemos documentación específica de las armerías representadas pero deben ser las propias de estos dos linajes enlazados en matrimonio», explica. Esta heráldica destaca por tener una gran calidad de labra y por el tipo de mármol en que se esculpe aunque el lenguaje heráldico no es de gran calidad: «Se delata en la extraña forma que adquiere el escudo, y en el realismo con que trabaja las figuras», concluye.



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