martes, 8 de junio de 2010

"El dichoso Carrefour es el precio a pagar ahora para que salgan los números" (Málaga Hoy)

Cree que el Plan del Puerto "se cerró en falso" y que "nadie tenía la menor idea de lo que se quería hacer en el recinto"

S. SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 08.06.2010 - 01:00

-Málaga lleva veinte años hablando de la operación puerto-ciudad. ¿Se imaginaba que la situación iba a estar como está?

-Sinceramente sí. El Plan del Puerto se cerró en falso, sin definirlo en el PGOU del 97 y, ya desde entonces, tuve la conciencia de que nadie tenía la menor idea de lo que se quería hacer con el recinto portuario, salvo exprimir sus plusvalías en la eufemísticamente llamada integración puerto-ciudad.

-Decía hace unos días Juan Ramón Casero que se estaba desvirtuando el sentido del Plan Especial del Puerto que fue acordado por el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria. ¿Está de acuerdo?

-Totalmente de acuerdo. Juan Ramón Casero siempre se ha distinguido por decir cosas sensatas, que son las que la mayoría de la gente piensa. Eso es raro en política.

-Usted fue uno de los que participó del movimiento que surgió en contra del plan de los famosos multicines. ¿Cómo recuerda esos días?

-Como una época en la que estuvimos dedicados a responder a los ataques procedentes de las partes implicadas, es decir, sectores políticos y de la prensa mercenaria. Lo más triste fue comprobar que no se admitía luchar contra una barbaridad urbanística sin esconder una razón interesada. Se nos negaba el derecho a la acción por puro civismo y eso era el preocupante síntoma de una sociedad enferma y corrupta, al menos en una parte significativa de sus portavoces.

-¿Multicines o supermercado?

-Antes que nada, puerto. Y si la ciudad tiene que avanzar sobre los terrenos portuarios, integrándose con ellos, que lo haga con los atributos de diversidad inherentes a los centros urbanos y no con artefactos propios de la periferia. Al final han sido los usos portuarios, contenedores y cruceros, los que más rentabilidad están proporcionando al puerto.

-¿Qué opinión le merece que se plantee reabrir el Plan Especial y modificarlo para elevar la altura del equipamiento cultural proyectado en la esquina de los muelles 1 y 2?

-Me parece un disparate arquitectónico y un globo sonda para eludir la cuestión principal, que es el trasvase, a todas luces fraudulento, que la primera concesionaria del muelle 1, Udisa, hizo a otra sociedad después de que quedara patente su insolvencia, con la participación de Unicaja, que en todo este asunto ha estado actuando como juez y parte. No soy jurista, pero ante esta situación la concesión del muelle 1 debió sacarse nuevamente a concurso. El dichoso Carrefour es el precio que hay que pagar ahora para que salgan los números de una operación que debió hacerse hace cinco años.

-¿Cree que lo que está sucediendo con este asunto es reflejo de la 'altura' de los dirigentes políticos de la ciudad?

-A los políticos los ponemos los ciudadanos directa o indirectamente. Lo que refleja es una ciudad que, a la hora de la verdad, no tiene otra voz que el quejido estéril.

-En sus años como profesional de la arquitectura, ¿recuerda un caso semejante al del Plan del Puerto?

-Varios. Por ejemplo, cómo se dejó a medias el Plan Trinidad Perchel o los Baños del Carmen. El último caso es el del Plan de las Áreas de Rehabilitación Concertada del Centro de Málaga. Lo que todo el mundo llama tecnocasas. ¡Cuánta ilusión, cuánta energía gastada en ideas que todo el mundo aprueba sobre el papel para que luego se las carguen la burocracia de los mediocres y la política de campanario! En Andalucía, pero sobre todo en Málaga, la energía de los que quieren hacer algo se escapa a chorros por el vertedero del presente. De ahí que los jóvenes quieran marcharse o hacerse funcionarios.

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