martes, 9 de noviembre de 2010

La vivienda destruirá casi un millón de empleos en todo 2010 y 2011. (EXPANSION)

La construcción residencial se habrá llevado por delante más de 913.000 puestos de trabajo, entre el 1 de enero de 2010 y finales de 2011, si ningún sector suple la pujanza del inmobiliario.

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El ladrillo sigue inflando con fuerza la burbuja de parados y continuará haciéndolo el año que viene. En todo 2010 y 2011, el sector de la construcción residencial destruirá más de 913.000 empleos, según el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Así lo calcula la escuela de negocios líder en el ámbito inmobiliario a raíz de su último informe, Pulsímetro Inmobiliario XVI, al que ha tenido acceso EXPANSIÓN. Cabe destacar que el sector emplea a más de 1,7 millones de trabajadores directos y contribuye al mantenimiento de otros 2,7 millones de empleos indirectos o inducidos. En total, 4,4 millones.

“Asistiremos, durante el próximo año, a un crecimiento del desempleo en el sector, que tendrá que terminar su ajuste global, en relación a que por cada vivienda que se deje de construir y no sea sustituida por otra nueva, se generarán cerca de cinco desempleados”. En concreto, 4,75, sumando el empleo directo (2,85 por vivienda no sustituida) e indirecto (1,9), según estima José Antonio Pérez, profesor de la cátedra inmobiliaria del IPE y autor del estudio.

Si al desplome de viviendas terminadas (211.567 menos) se le resta el ligero repunte de pisos iniciados (19.125 más), la brecha de inmuebles cuyos trabajadores no encontrarán otra obra en la que trabajar asciende a 192.352. Y por cada una de esas viviendas, 4,75 puestos de trabajo menos.

Esto arrojaría un balance desolador, con la destrucción de más de 913.000 empleos brutos en 2010 y 2011, “salvo que aparezcan nuevos sectores productivos que absorban dicha mano de obra, cosa que hasta la fecha no ha ocurrido”.

Por otro lado, Pérez asegura que “o bien activamos mucha más obra nueva o bien impulsamos el nuevo modelo sostenible, que a nivel de empleo está demostrando no ser suficiente. Sin la construcción no habrá recuperación”.

Cambio de inflexión
El valor del Pulsímetro es que sus análisis cuentan con una red de más de 7.000 profesionales encuestados a lo largo y ancho de España, que desgranan sus ritmos de ventas, preventas, stock [excedente de pisos sin vender], etcétera. Por ello, el IPE adelantó en sus previsiones de 2006 el posterior estallido de la burbuja; y, en 2009, previó la ralentización de la caída del sector a mediados de 2010 que luego ha ocurrido.

Y, además del desempleo, ¿qué prevé el nuevo Pulsímetro Inmobiliario? Un ligero optimismo en el resto de principales variables del sector: “El año 2010 supone, sin lugar a dudas, un punto de inflexión que cambia la tendencia bajista de los últimos años”.

Esa mejoría se traducirá en “un mantenimiento de precios este año, salvo las zonas con más stock, donde no hay manera de vender nada”, según Pérez. Ahora las encuestas del IPE reflejan que apenas se vende sobre plano.

Hay más signos de una leve mejoría –que no una salida, ni de lejos, de la crisis inmobiliaria–. Por ejemplo, las viviendas visadas –indicador adelantado del sector– y las iniciadas “están tocando suelo entre en 115.000 y 158.000 viviendas, respectivamente. Es decir, ahora la perspectiva futura de edificar inmuebles es un 42,5% menor que en la crisis del 92, en la que los visados no bajaron de 200.000. Este dato es escalofriante, pero da cuenta de que el ajuste está terminando: “Las estimaciones son que para 2011 las cifras comiencen a mejorar”.

Menos ‘stock’
Otro dato positivo del informe se refiere al excedente de pisos sin vender que acumulan los promotores: “Junto con el ajuste lento de la producción, el stock se va absorbiendo progresivamente de 2010 en adelante”. De esta forma, el IPE prevé una reducción de unos 300.000 pisos del stock, desde las 750.000 casas que lo engrosaban en 2009 hasta las menos de 450.000 que faltaría por drenar al finalizar 2011.

“Motivo por el cual habría que iniciar el desarrollo de nuevos proyectos inmobiliarios desde ese momento (...) de tal forma que se evite un nuevo colapso de demanda en el 2012-13, ante la falta de producto disponible en determinadas zonas y para diseños específicos”, ahonda el Pulsímetro.

El estudio también radiografía el futuro del precio de la vivienda. ¿Bajarán más los pisos, de forma generalizada? Parece que no mucho, según el IPE. Depende de la zona, pero la variación negativa del global de España estará “muy cercana a cero” a final de año, para iniciar nuevamente ascensos anuales moderados a partir de 2011, “si los tipos de interés se mantuvieran en estos niveles”. Pero subirán moderadamente.

La recuperación “será lenta, tranquila y con dudas. Costará levantar el peso que ha caído con tanta fuerza, salvo que con decisiones valientes, desde ámbitos públicos y privados, provoquemos el efecto rebote”, concluye el Pulsímetro Inmobiliario. Hay esperanza. Poca, quizás, pero hay.

Siete claves
1. El sector de la construcción residencial podría destruir más de 900.000 puestos de trabajo, pese a que parece que los principales indicadores han tocado suelo.

2. El problema es que ese suelo del sector está muy en el fondo. De esta forma, la demanda se cubrirá con pisos del ‘stock’ acumulado, que se reduciría en unas 300.000 viviendas.

3. El precio también tocará fondo en 2010, según el IPE, y subirá algo en 2011. Pero “los tipos de interés pueden volver a niveles del 3%, lo que moderará ese alza del precio”.

4. Este repunte ligero se consolidaría “en una recuperación económica continua”, prevé el IPE. No en vano, “el precio de la vivienda tiende a crecer con mucha más facilidad que a bajar”.

5. Además, el incremento de tipos elevará el importe de la hipoteca media en 2011 con respecto a 2010. El plazo subirá hasta los 29 años en el próximo ejercicio, dos más que en 2009.

6. Después de un primer descenso, a partir de 2009 las ventas de viviendas vuelven a crecer, aprovechando el ajuste en precios, tanto en vivienda nueva como usada.

7. La distancia de pisos hipotecados y vendidos vuelve a niveles de 2003, algo “mucho más lógico”. Es decir, se hipoteca sólo una parte (alrededor del 60%) de las casas que se venden.


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