jueves, 2 de diciembre de 2010

La resistencia de los últimos inquilinos frena el derribo definitivo de la Casona. Marbella (SUR)

La Cooperativa Agrícola, que ocupa unas oficinas en el edificio desde los años 50, ha denunciado a una empresa de Tomás Olivo por coacciones
02.12.2010 -
HUGO SIMÓN marbella@diariosur.es
MARBELLA.

La resistencia de los últimos inquilinos frena el derribo definitivo de la Casona
El 70 por ciento de la construcción ha sido demolido, pero aún queda en pie la parte de la Casona Sindical donde se ubica la oficina de la Cooperativa Agrícola. :: JOSELE-LANZA
Contemplada desde la avenida Ricardo Soriano, la Casona Sindical parece casi intacta. Sin embargo, es pura fachada. El 70 por ciento del antiguo edificio de Radio Nacional de España (RNE) ha sido hecho añicos por la empresa de demolición contratada por el promotor Tomás Olivo, que adquirió el inmueble en subasta en 2005 por cerca de 17,5 millones de euros. Las obras de derribo comenzaron el pasado verano y probablemente habrían finalizado ya de no ser por la oposición mostrada por la Sociedad Cooperativa Andaluza Agrícola San Isidro de Marbella, que se resiste a abandonar las oficinas que ocupa en el edificio desde hace más de medio siglo. La postura adoptada por los últimos inquilinos de la Casona ha frenado, al menos por el momento, la demolición definitiva del edificio.
La batalla se resolverá en los tribunales, que hasta ahora avalan la actuación de la Cooperativa Agrícola. La empresa General de Galerías Comerciales, propiedad de Olivo, presentó una demanda de desahucio por precario, al considerar que los inquilinos ocupan las oficinas sin ningún título o contrato y sin pagar una renta. Por su parte, la sociedad, integrada por un pequeño grupo de accionistas y dedicada a la comercialización de semillas y abonos agrícolas, defiende la existencia de un derecho de usufructo adquirido a lo largo de los años. El Juzgado de Primera Instancia número 5 de Marbella falló el pasado julio en contra del promotor murciano, aunque la sentencia ha sido recurrida.
No es la única contienda judicial entre ambas partes. La cooperativa interpuso el 20 de octubre una denuncia por coacciones y daños contra General de Galerías Comerciales que ha sido admitida a trámite. El procedimiento penal se sigue en el Juzgado de Instrucción número 2, donde hace quince días los últimos ocupantes del edificio de RNE presentaron un nuevo escrito ampliando el relato de los hechos.
En la denuncia, a la que ha tenido acceso SUR, la Cooperativa Agrícola asegura que, desde que la entidad de Olivo adquirió los terrenos sobre los que se asienta la Casona Sindical, ha llevado a cabo «toda clase de actuaciones coactivas» para conseguir que la sociedad abandone las dependencias que conserva en el edificio.
Cortes de agua y de luz
Entre las supuestas medidas de presión acometidas por la propietaria se encuentran los cortes de agua y de suministro eléctrico, así como la ejecución de las obras de demolición, que se han prolongado durante meses a pesar de la presencia de ocupantes en el interior del inmueble. De hecho, la persona encargada de realizar las tareas de administración de la sociedad ha venido desarrollando su labor en la oficina de manera paralela a los trabajos de derribo.
«Pretendían que nos asustáramos y que saliéramos corriendo, al más puro estilo mafioso, pero no lo han conseguido», aseguran miembros de la Cooperativa Agrícola, que denuncian «la connivencia por parte del Ayuntamiento de Marbella, que ha permitido las obras de demolición sin el más mínimo sistema de seguridad». Las vallas delimitando el perímetro de la parcela se han instalado en la última semana, medio año después de iniciarse el derribo, según apuntan desde la sociedad.
La cooperativa demanda que se restituya el agua corriente y el suministro eléctrico y se le permita seguir trabajando «pacíficamente» en unas dependencias que atienden desde principios de los años 50. No en vano, según recuerdan, los almacenes existentes en la parte sur de la parcela fueron construidos ex profeso para la sociedad agrícola, que durante años ocupó la mayor parte de los locales del edificio. Hoy sus oficinas no alcanzan los 70 metros cuadrados, pero siguen en activo y mantienen en pie lo poco que queda de la Casona.

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