viernes, 28 de noviembre de 2008

'Cambio piso en Torrent por otro en Valencia' (El Mundo)

Se disparan las consultas sobre permutas ante las dificultades para lograr financiación
Internet es el refugio para los interesados en este mercado paralelo entre particulares
La principal desventaja de esta transmisión radica en la elevada imposición fiscal


Ante la crisis, vuelta a los orígenes. El trueque regresa en pleno siglo XXI. Sobre todo en el mercado inmobiliario. El intercambio de viviendas se erige en una alternativa a la compraventa en un tiempo en el que obtener financiación resulta una misión casi imposible.

Internet se ha convertido en el principal refugio para este mercado paralelo, en el que se prescinde por completo de intermediarios, promotoras e inmobiliarias. De hecho, las páginas webs de anuncios están plagadas de ofertas. Todas ellas entre particulares.

"Cambio piso en Torrent por otro en Valencia", "Cambio chalet en Monserrat por piso en la capital", "Cambio dos viviendas por una en la carretera de Barcelona". Son sólo algunos ejemplos de la intensa actividad comercial que a diario se registra en la Red.

Y es que el intercambio de vivienda es ya una alternativa real y legal para las familias en apuros. El único requisito, disponer de un piso como punto de partida. Nada de créditos, Euribor, ni dolores de cabeza con las letras.

El tradicional trueque responde, en realidad, a la figura jurídica de la permuta. Se trata de una fórmula de transmisión de bienes inmuebles poco extendida que, frente a la compraventa, permite prescindir de las transacciones económicas.

Para ello, ambas viviendas deben tener el mismo valor. Y los peritos tasadores son los encargados de determinarlo. "En el caso de que se desee adquirir un bien con un valor superior al que se entrega, la diferencia se puede compensar con dinero", explica Pablo Delgado, responsable del área de Urbanismo del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia (ICAV).

Alternativa a la compraventa


Otra propuesta para intercambiar inmuebles en la Red.
Quizás por ello la permuta sea un recurso fácil para los propietarios más ahogados por la crisis. No en vano, el intercambio les permite conservar una vivienda (evitando el desahucio) y disponer, además, de recursos en efectivo con los que afrontar las deudas.

Basta con bucear por internet para comprobar la abundancia de este tipo de anuncios. Aquellos que ofrecen un chalé o piso de grandes dimensiones por una vivienda de características reducidas. O los que cambian una residencia en la playa por un estudio en la ciudad.

El creciente interés por el trueque inmobiliario no es un fenómeno restringido a la Red. Delgado reconoce que en los últimos meses se han disparado las consultas sobre este tipo de fórmulas.

Sin embargo, no todas terminan fructificando. El chollo, según este abogado, no es tal. O, al menos, no tanto como parece. "Hay que andarse con ojo, las permutas tributan como una doble venta", advierte. Es decir, cada una de las partes implicadas debe pagar un 7% de IVA. Justo el doble que una compraventa.

La 'doble tributación' es el principal lastre para esta fórmula alternativa, capaz de reactivar el mercado inmobiliario de segunda mano. Ésta es la opinión del letrado Pablo Delgado, que apuesta abiertamente por rebajar la fiscalidad. Al menos hasta que concluyan las restricciones a la concesión de créditos.

Desde la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu), su presidente, Fernando Móner, reclama prudencia. "Recomendamos que los interesados se asesoren muy bien antes de firmar".

Los riesgos, en cualquier caso, no son mayores a los de una operación de compraventa entre particulares. Y presenta ventajas. Como la posibilidad de adquirir una vivienda sin recurrir a las temidas hipotecas. Todo lujo hoy en día.

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