El empresario cordobés Rafael Gómez se definió ayer como «una víctima» de la 'operación Malaya' contra la corrupción municipal en Marbella, causa en la que está imputado por presunto cohecho, y negó cualquier vinculación con el principal procesado en el caso, Juan Antonio Roca. En conferencia de prensa, Rafael Gómez subrayó que tiene «vinculación cero» con Roca y que se ha dedicado a «ser un empresario y nada más», por lo que ha lamentado que la unión de su nombre al del principal imputado en la 'operación Malaya' sólo tiene como intención «hacer daño» a su familia y a su empresa, Arenal 2000.
Sobre los 400 cuadros intervenidas por la Policía Nacional en una de sus naves, insistió en que no eran de su propiedad y en que desconocía que los titulares de las mismas tuvieran pendientes el pago de fianzas con la Justicia. Dijo que su intención era saldar una deuda con la Agencia Tributaria con estas piezas, que adquiriría a través de la permuta por bienes inmuebles.
Sobre los 400 cuadros intervenidas por la Policía Nacional en una de sus naves, insistió en que no eran de su propiedad y en que desconocía que los titulares de las mismas tuvieran pendientes el pago de fianzas con la Justicia. Dijo que su intención era saldar una deuda con la Agencia Tributaria con estas piezas, que adquiriría a través de la permuta por bienes inmuebles.
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