lunes, 17 de noviembre de 2008

Las áreas de rehabilitación del Centro bloquean una decena de inversiones privadas (La Opinión)

La expropiación de terreno para las tecnocasas perjudica a los promotores que estaban preparando diversos proyectos para la construcción de viviendas

MIGUEL FERRARY. MÁLAGA Una decena de inversiones privadas en el entorno del Centro Histórico se encuentran bloqueadas a causa de las tres áreas de rehabilitación concertada de la Junta de Andalucía (en los entornos de Ollerías, Madre de Dios y Lagunillas) y del proyecto de las tecnocasas, íntimamente vinculado a esas áreas. La expropiación de solares en esa zona ha afectado a promotores que estaban elaborando sus proyectos para la construcción de viviendas que trajeran nuevos vecinos. Algunos, incluso, pendientes de recibir la licencia de obra por parte del Ayuntamiento para iniciar los trabajos.
El resultado es que varios millones de euros de inversión han quedado en el aire, se han presentado varios recursos en los tribunales y los solares llevan desde mayo de 2006 criando matojos y provocando inseguridad.
El origen de este problema se encuentra en el intento de llevar adelante el proyecto de las tecnocasas, viviendas protegidas y enfocadas a jóvenes empresarios, ya que comparten dependencias habitables y zonas de trabajo en el mismo espacio. Sin embargo, la elección de los solares donde se ubicarán ha levantado ampollas entre un diverso grupo de inversores.
Para llevar adelante el proyecto de las tecnocasas y algunos equipamientos en las áreas concertadas, la Junta solicitó al Ayuntamiento la expropiación de 114 inmuebles y solares en las tres áreas de rehabilitación. Una parte de estas propiedades fueron entregadas a la administración autonómica al ser suelo de propiedad municipal. Sin embargo, una gran parte, en las calles calles Alta, Chinchilla, Álamos y Cabello, es de propiedad privada y ha sufrido un proceso de más de dos años desde que comenzara en mayo de 2006.
Desde entonces, muchos promotores se han encontrado con proyectos a medio redactar, trámites a punto de culminar e inversiones en marcha en un callejón sin salida. Como señala David Castellón, uno de los afectados en una parcela de la calle Alta: "Estábamos trabajando con Urbanismo para redactar el estudio de detalle en 2006 cuando nos informaron los mismos técnicos que íbamos a ser expropiados". Esos trabajos previos se han quedado en nada y la inversión que preveían de 7 millones de euros, con la construcción de 55 viviendas, en agua de borrajas.
Su esperanza se basa ahora en la decisión de un tribunal, ya que ha interpuesto un recurso contencioso-administrativo contra la expropiación "porque no está justificada la utilidad pública ni se puede actuar así cuando había una inversión en marcha", subraya David Castellón.
En su demanda solicita la suspensión cautelar del convenio de las áreas de rehabilitación concertada y que se replantee este proyecto "porque nos ha dejado en una total indefensión y sin apenas información".
Calle Álamos. No es la única demanda que se ha presentado. Alain Salvador, inversor francés afincado en Málaga, también ha acudido a los tribunales. En su caso además pide al Ayuntamiento una restitución de los daños patrimoniales por las pérdidas ocasionadas por el proceso de expropiación, que ejecuta la administración municipal por indicación de la Junta.
"Compré el solar del número 33 de la calle Álamos en 2005 y pedí la licencia en febrero de 2006. Un mes antes de conseguir la licencia me informaron de que iba a ser expropiado, pero ya he invertido 450.000 euros en los trámites previos para la construcción de seis viviendas en esa parcela", relata Alain Salvador, quien apunta que la expropiación sólo le ofrece 190.000 euros y no tiene en cuenta el gasto que había asumido.
Negocio y vivienda. Otro de los casos de propietarios afectados por las expropiaciones es el que protagoniza Antonio Ortega. Tiene dos empresas relacionadas con el mundo de la electricidad en los locales de un edificio de la calle Dos Aceras número 37. Están en un edificio del que es propietario de una tercera parte. El resto es de unos primos suyos. "En esta casa llevo mi negocio desde 1972 y antes estuvo mi padre durante 27 años con una tienda de comestibles", señala Ortega. Desde que le comunicaron la expropiación "nadie nos ha informado sobre qué nos van a dar o qué nos va a pasar" y advierte de que su edificio está dentro del proyecto de las futuras tecnocasas "con dos locales en los bajos, pero no puedo reubicarme aquí porque irán otras".
Otra inversión gala. El arquitecto Pierre Loyau se encuentra con una situación similar al resto de los promotores. Su propiedad ocupa los números 13 y 15 de la calle Cabello, donde tenía el proyecto para construir 9 viviendas con patio interior "y respetuosa con la fachada". Iba a pedir el visado del proyecto al Colegio Oficial de Arquitectos cuando le comunicaron la mala noticia de la expropiación. Desde entonces la inversión se ha parado y se ha activado la vía judicial con un nuevo contencioso administrativo para hacer valer sus derechos.
"Quieren hacer un gueto para ejecutivos aprovechando viviendas sociales", responde Pierre Loyau cuando se le interroga sobre las tecnocasas. Desconfía de la utilidad pública del proyecto y apunta a intereses ocultos en esta idea.

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