lunes, 17 de noviembre de 2008

Las ventas de viviendas turísticas caen al nivel de 1983 (La Opinión)

En lo que va de año se han vendido 2.500 casas, frente a las casi 23.000 que fueron compradas en el año 2006

EFE. MÁLAGA La venta de vivienda turística en la Costa del Sol ha sufrido un acusado descenso en el último año hasta equipararse al nivel de 1983 debido a la crisis económica que afecta no sólo a España, sino también a otros países que tradicionalmente demandan estos productos.
Según ha informado el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga, José Prado, en lo que va de año se han vendido alrededor de 2.500 viviendas enfocadas al "turismo residencial", frente a las 22.800 adquiridas en la Costa del Sol en 2006.
El único producto que se salva de la crisis son las viviendas con un valor superior a un millón de euros, ya que los compradores potenciales no sufren en la misma medida la situación económica, según asegura Prado.
Los problemas de financiación y la falta de confianza por parte de los inversores han agudizado la crisis del sector inmobiliario, que hasta 2007 generaba en la Costa del Sol el 40 por ciento de la oferta de segunda residencia en España.
La diferencia entre la crisis que se vivió a principios de los años 90 y la actual es que en la primera los promotores recurrieron a la venta de suelo para subsistir porque entonces era posible obtener créditos, mientras que en la actual existen dificultades de financiación.

Situación única. El presidente de la Federación Andaluza de Urbanizadores y Turismo Residencial, Ricardo Arranz, ha asegurado que "una situación como la que hay ahora no se recuerda" en el sector, que en la Costa del Sol lleva más de tres años en crisis.
A la desaceleración de la construcción se han unido además "escándalos urbanísticos" como el "caso Malaya" en Marbella que, según Arranz, ha deteriorado la imagen de este destino, así como la paralización de los planes de ordenación urbanística y normativas "absurdas" que "aburren" a los promotores, como la que limita la construcción de campos de golf.
Ello también ha supuesto que sea menor el número de viviendas terminadas que aún no se han vendido de este segmento, que está "absolutamente parado".
El "parón" ha sido menos brusco que en 1992. Ahora los promotores venían de una bonanza y se ha producido un "aterrizaje más lento" que a nivel nacional, en el que ha habido "caída libre".

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