lunes, 22 de diciembre de 2008

El Catastro revisará por primera vez en veinte años el valor de las viviendas de Marbella (SUR)

El Gobierno central adjudica por un millón de euros la puesta al día del censo de inmuebles La actualización de datos se prolongará 14 meses

El Gobierno central acaba de dar un paso más para que eche a andar la espera revisión del catastro, temida especialmente por los vecinos ante un más que probable aumento de los recibos del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), conocidos popularmente como la contribución. La Gerencia Territorial del Catastro de Málaga, organismo dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, acaba de adjudicar por 1,09 millones de euros a la empresa Ingesis-24 S.L. la asistencia técnica para la actualización de las bases de datos catastrales gráfica y alfanumérica de inmuebles urbanos y construcciones en suelo rústico, tal y como reza en el anuncio publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
A efectos prácticos, este trámite burocrático supone que por primera vez en veinte años Marbella se enfrenta a la puesta al día del mapa urbanístico pendiente también de la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Marbella, que se encuentra actualmente en fase de exposición pública a la espera de que se le dé el visto bueno provisional.
Según explicaron fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda, los trabajos se centrarán en actualizar el inventario de inmuebles, cifrado inicialmente en 175.000 viviendas, y se prolongarán al menos 14 meses. Todo dependerá de la celeridad con que se apruebe definitivamente el nuevo Plan General y el fruto de las reuniones bilaterales entre técnicos del Ayuntamiento y del Gobierno central que tendrán que celebrarse los próximos meses.
«Trámite formal»
No sólo eso. Según indicaron las mismas fuentes, el propio Consistorio tendrá que solicitar por escrito, una vez se actualice la base de datos, que se realice la nueva valoración del censo de inmuebles, un «trámite formal» sin el que el Gobierno central no podrá seguir adelante. Más a corto plazo, el siguiente paso será firmar el contrato con la adjudicataria. Entonces empezará a correr el calendario previsto.
De hecho, según contemplan las bases del concurso público para revisar el catastro, el pago se realizará en tres anualidades (54.775 euros en 2008; 763.760 en 2009 y 276.965 en 2010), por lo que no será hasta dentro de al menos un año y medio cuando la nueva base de datos de inmuebles urbanos y de construcciones en suelo rústico esté sobre la mesa y sirva de punto de partida para poner al día el cobro de algunos impuestos.
Lo que nadie duda es que los resultados en Marbella, farolilo rojo de la provincia en la puesta al día del catastro, serán apabullantes. No en vano, si hay una palabra que ha sonado con fuerza en la gestión municipal en las últimas dos décadas ha sido precisamente urbanismo. Desde la llegada del desaparecido Jesús Gil a la Alcaldía en 1991, sus sucesivos intentos de revisar el Plan General a su manera empezaron a dejar su huella en un mar descontrolado de ladrillos y grúas que tanto el catastro como el nuevo PGOU tendrán que ordenar sobre el papel.
Lo que quedará por ver es cómo repercutirá al bolsillo de los ciudadanos. Por lo pronto, según explicaron a este periódicos expertos en gestión tributaria, la entrada en vigor no se prevé para antes de 2011, ya que una vez aprobado comenzaría a aplicarse a partir del 1 de enero del año siguiente, al tratarse de un impuesto de devengo. Los vecinos temen -en recientes palabras del presidente de la federación de asociaciones, Alejandro Dogan- que desde el principio el Ayuntamiento aplique un porcentaje alto como «una forma de recaudar fácilmente impuestos» para encontrar una vía de escape con la que mitigar la situación económica heredada tras los años de gestión gilista.
Las palabras de la alcaldesa, Ángeles Muñoz, siempre han ido en sentido contrario. Su compromiso pasa porque no haya una subida brusca. La propia ley prevé que la revisión del catastro se pueda aplicar a lo largo de diez años a razón de un diez por ciento del aumento previsto repartido en cada ejercicio. Igualmente anunció que se bajará el tipo impositivo del IBI, actualmente en el uno por ciento precisamente para compensar lo obsoleto del catastro vigente.
De una tacada o paulatinamente, lo cierto es que a medio plazo la recaudación municipal en concepto de IBI podría llegar a triplicarse al computar por primera vez decenas de miles de viviendas, locales, garajes o parcelas que hasta ahora no rezaban en el censo. Así, si este año el Ayuntamiento, a través del Patronato Provincial de Recaudación, ha girado para el cobro del IBI 163.000 recibos con un importe de 73,8 millones de euros cuando el catastro se actualice podría superar los 200.000 recibos.

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