La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a un hombre, empresario inmobiliario de 54 años, a un año de prisión por falsear los documentos correspondientes con el registro de la propiedad de un apartamento adquirido por un matrimonio, al que estafó. Además, el acusado deberá abonar durante seis meses una cuota diaria de seis euros.
Según la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, el matrimonio entregó al acusado unos 3.400 euros (unas 622.600 de las antiguas pesetas) en calidad de intermediario inmobiliario para abonar los gastos notariales, registrales y tributarios derivados de la compra de un apartamento en la zona de Torre del Mar, en Vélez-Málaga, el 5 de julio de 2001.
No obstante, el acusado estampó en la copia de la escritura unos cajetines de liquidación de la oficina liquidadora de Vélez-Málaga y de presentación ante el Registro de Propiedad de dicha localidad (entre el 5 de julio de 2001 y octubre de 2002), que resultaron ser falsos, al constatar que habían sido confeccionados por el propio acusado.
Asimismo, según se declara probado, el acusado devolvió al matrimonio la escritura sin haber realizado el encargo, aunque no se detectó hasta abril de 2004 que la finca no había sido inscrita en ningún momento.
Así, la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia precisa que a principios del mes de mayo del citado año el acusado inscribió la finca en el Registro de la Propiedad, mientras que el matrimonio renunció a ser indemnizado por estos hechos.
La sentencia se dicta con la conformidad del acusado, en el juicio oral, con la modificación realizada por el ministerio público, por lo que se le condena por falsedad documental y estafa.
Según la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, el matrimonio entregó al acusado unos 3.400 euros (unas 622.600 de las antiguas pesetas) en calidad de intermediario inmobiliario para abonar los gastos notariales, registrales y tributarios derivados de la compra de un apartamento en la zona de Torre del Mar, en Vélez-Málaga, el 5 de julio de 2001.
No obstante, el acusado estampó en la copia de la escritura unos cajetines de liquidación de la oficina liquidadora de Vélez-Málaga y de presentación ante el Registro de Propiedad de dicha localidad (entre el 5 de julio de 2001 y octubre de 2002), que resultaron ser falsos, al constatar que habían sido confeccionados por el propio acusado.
Asimismo, según se declara probado, el acusado devolvió al matrimonio la escritura sin haber realizado el encargo, aunque no se detectó hasta abril de 2004 que la finca no había sido inscrita en ningún momento.
Así, la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia precisa que a principios del mes de mayo del citado año el acusado inscribió la finca en el Registro de la Propiedad, mientras que el matrimonio renunció a ser indemnizado por estos hechos.
La sentencia se dicta con la conformidad del acusado, en el juicio oral, con la modificación realizada por el ministerio público, por lo que se le condena por falsedad documental y estafa.
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