La inmobiliaria malagueña Toré realiza, por primera vez en sus 15 años de historia, una subasta a la baja ante la imposibilidad de vender las viviendas
En Málaga apenas se venden pisos y toca agudizar el ingenio, sobre todo a aquellas personas que tienen mayor urgencia en deshacerse de su vivienda porque no pueden hacer frente a la hipoteca, por cuestiones personales o porque han comprado un segundo inmueble, entre otras muchas posibles razones.
Algunos de esos pisos están expuestos en la inmobiliaria malagueña Toré y sus gestores han ideado un sistema que, aunque no es nuevo en España, sí es la primera vez que esta firma con 15 años de historia en la provincia lo pone en marcha: una subasta a la baja.
El procedimiento es sencillo. La inmobiliaria tiene un catálogo de 20 pisos y locales comerciales en la capital y la provincia que el comprador puede ver en internet (en el apartado de pisos málaga en la página www.segundamano.es), en las oficinas de la empresa o que puede pedir por teléfono o por correo electrónico. Si le interesa alguno de estos inmuebles puede incluso ir a visitarlo para ver si le convence definitivamente. En ese caso, el futuro comprador debe hacer un depósito de 1.000 euros y poner por escrito cuál es su oferta por la vivienda.
La subasta es a la baja, es decir, se parte con un precio de origen y los compradores pueden ofrecer hasta un 30% menos de esa cantidad. Un ejemplo. En el catálogo de Toré se vende un piso de tres dormitorios, dos baños y terraza en Mijas por un precio de salida de 149.000 euros. Los compradores, si les interesa, pueden lanzar precios desde un tope mínimo de 104.300 euros (restándole un 30% del precio original). Se entiende que el máximo es el precio de salida.
El plazo para presentar los depósitos y las ofertas por escrito termina el 28 de febrero. El 1 de marzo de abrirán todas esas pujas en la inmobiliaria y se dará a conocer a los compradores potenciales las ofertas que han realizado los demás, dándoles un plazo de 15 días para mejorar, si quieren, su precio. A partir del 15 de marzo, aquel que haya hecho la mayor oferta es el que se queda con el inmueble. Las dos partes salen ganando: el vendedor se deshace del piso y el comprador lo adquiere a un precio más barato, siempre y cuando el banco le conceda la financiación necesaria.
María del Carmen Gutiérrez, directora comercial de Toré, explica que a aquellos que no han comprado finalmente el inmueble "se les devuelve los 1.000 euros, ya que el depósito lo ponemos sólo para que el comprador se lo tome en serio y se genere un compromiso".
Gutiérrez señala que, lógicamente, la base de datos de la inmobiliaria "recoge miles de pisos" y no sólo esos 20 del catálogo, aunque "éstos son aquellos en que los vendedores tienen más urgencia. Hay otros que no tienen prisa por vender y simplemente están esperando a que pase la mala racha".
Esta experta subraya que, aunque ha habido descensos de precios de entre un 5 y un 6% en los últimos meses, "no hay grandes chollos sino algunos pisos en los que se produce una mayor caída de precios por algo puntual", y destaca que el alquiler de inmuebles, por las distintas ayudas públicas, está funcionando mucho mejor que la venta directa.
En Málaga apenas se venden pisos y toca agudizar el ingenio, sobre todo a aquellas personas que tienen mayor urgencia en deshacerse de su vivienda porque no pueden hacer frente a la hipoteca, por cuestiones personales o porque han comprado un segundo inmueble, entre otras muchas posibles razones.
Algunos de esos pisos están expuestos en la inmobiliaria malagueña Toré y sus gestores han ideado un sistema que, aunque no es nuevo en España, sí es la primera vez que esta firma con 15 años de historia en la provincia lo pone en marcha: una subasta a la baja.
El procedimiento es sencillo. La inmobiliaria tiene un catálogo de 20 pisos y locales comerciales en la capital y la provincia que el comprador puede ver en internet (en el apartado de pisos málaga en la página www.segundamano.es), en las oficinas de la empresa o que puede pedir por teléfono o por correo electrónico. Si le interesa alguno de estos inmuebles puede incluso ir a visitarlo para ver si le convence definitivamente. En ese caso, el futuro comprador debe hacer un depósito de 1.000 euros y poner por escrito cuál es su oferta por la vivienda.
La subasta es a la baja, es decir, se parte con un precio de origen y los compradores pueden ofrecer hasta un 30% menos de esa cantidad. Un ejemplo. En el catálogo de Toré se vende un piso de tres dormitorios, dos baños y terraza en Mijas por un precio de salida de 149.000 euros. Los compradores, si les interesa, pueden lanzar precios desde un tope mínimo de 104.300 euros (restándole un 30% del precio original). Se entiende que el máximo es el precio de salida.
El plazo para presentar los depósitos y las ofertas por escrito termina el 28 de febrero. El 1 de marzo de abrirán todas esas pujas en la inmobiliaria y se dará a conocer a los compradores potenciales las ofertas que han realizado los demás, dándoles un plazo de 15 días para mejorar, si quieren, su precio. A partir del 15 de marzo, aquel que haya hecho la mayor oferta es el que se queda con el inmueble. Las dos partes salen ganando: el vendedor se deshace del piso y el comprador lo adquiere a un precio más barato, siempre y cuando el banco le conceda la financiación necesaria.
María del Carmen Gutiérrez, directora comercial de Toré, explica que a aquellos que no han comprado finalmente el inmueble "se les devuelve los 1.000 euros, ya que el depósito lo ponemos sólo para que el comprador se lo tome en serio y se genere un compromiso".
Gutiérrez señala que, lógicamente, la base de datos de la inmobiliaria "recoge miles de pisos" y no sólo esos 20 del catálogo, aunque "éstos son aquellos en que los vendedores tienen más urgencia. Hay otros que no tienen prisa por vender y simplemente están esperando a que pase la mala racha".
Esta experta subraya que, aunque ha habido descensos de precios de entre un 5 y un 6% en los últimos meses, "no hay grandes chollos sino algunos pisos en los que se produce una mayor caída de precios por algo puntual", y destaca que el alquiler de inmuebles, por las distintas ayudas públicas, está funcionando mucho mejor que la venta directa.
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