Un edificio en ruinas que lleva años pendiente de ser rehabilitado es la imagen que ofrece una de las zonas más concurridas por los turistas · Las últimas lluvias han obligado a cortar la calle por el riesgo de derrumbe.
Es una de las primeras estampas con la que los cruceristas se topan cuando desembarcan en el Puerto de Málaga y desde luego no debe darles muy buena impresión. Más de una década lleva apuntalado por su estado ruinoso un edificio protegido en el que estaba previsto un hotel junto a la céntrica Plaza de la Marina y que las últimas lluvias han amenazado con echar abajo lo poco que queda de él.
Es tan lamentable el estado que presenta que los bomberos tuvieron que cortar ayer la calle Vendeja, donde se ubica, para evitar que la posible caída de cascotes de la fachada termine provocando un mal mayor. Los técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo aseguran que no existe riesgo de derrumbe, pero por si acaso hoy está previsto que se acerquen a inspeccionarlo para insistirle al promotor que debe colocar unas mallas alrededor.
Y todo por el largo y lento peregrinar de un proyecto que tiene más de diez años y que contemplaba convertir este histórico edificio en un hotel que adecentaría una zona tan degradada a pesar de estar a escasos metros de la calle Larios, la más cara e importante de la ciudad. Pero hace algo más de un año el Ayuntamiento de Málaga dio al traste con la idea del propietario del inmueble al denegar el estudio de detalle del proyecto por superar la altura permitida.
También la Junta de Andalucía emitió un informe desfavorable por los elementos protegidos que aún se conservan en el edificio, pero que si continúa en estado de abandono poco va a quedar cuando quieran rehabilitarlo.
Ahora el dueño se plantea cambiar el destino del edificio de un hotel a simples viviendas ante la imposibilidad de seguir adelante con su desterrada propuesta, aunque ni siquiera eso está claro todavía.
Nadie mejor que el empresario y propietario de la promotora RA Capital, Ricardo Arranz, para dar fe de la lentitud de la administración a la hora de impulsar proyectos de rehabilitación en la zona. Siete años ha estado pendiente de que el Ayuntamiento de la capital autorizara la construcción de un hotel de cinco estrellas en el Palacio de Trinidad Grund, un antiguo edificio del siglo XVIII situado en el entorno de la Plaza de la Marina, justo detrás del edificio que amenaza ahora con venirse abajo. Pero al final "me aburrieron", aseguró el empresario que terminó rehabilitando el edificio que será alquilado para oficinas en breve.
Había firmado incluso un acuerdo con una importante cadena hotelera para levantar este establecimiento de lujo en el que se habían diseñado 40 habitaciones y que requería una inversión de unos nueve millones de euros.
Ayer mismo, explicó Arranz, "recibí una carta del Ayuntamiento que me ofrecía pagar una plusvalía de 800.000 euros por seguir adelante con la licencia, pero ahora no es el momento porque ni se puede invertir en un proyecto de estas características en tiempos de crisis ni ya quiero".
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