jueves, 10 de junio de 2010

La autopista de Las Pedrizas recupera el ritmo y creará mil puestos de trabajo (SUR)

Todos los tramos de la futura vía de peaje se ejecutan en simultáneo con el objetivo de que esté operativa antes del final del próximo año
10.06.2010 -
IGNACIO LILLO ilillo@diariosur.es
MÁLAGA.

La autopista de Las Pedrizas recupera el ritmo y creará mil puestos de trabajo
Un trabajador observa uno de los viaductos principales de la traza. CARLOS MORET
«Está todo lanzado», afirma un técnico a pie de obra, con la mirada en el horizonte de pilares, grúas, camiones y excavadoras que levantan el polvo en los caminos y en los tajos. La frase, concisa, sin florituras, está cargada de significados. En primer lugar, indica que ha regresado la plena actividad a una infraestructura clave para la mejora de los accesos a la capital, después de casi un año de parón y de los meses necesarios para que el terreno escurriera el agua de la lluvia en el invierno más húmedo desde finales de los 90. También quiere decir que se ha vuelto a trabajar en simultáneo en todos los tramos del trazado, desde la conexión con la segunda ronda, a la altura de Puerto de la Torre, hasta el Alto de Las Pedrizas, a lo largo de 24,5 kilómetros de ascensión en un terreno escarpado donde el potente sol de junio todavía no ha logrado secar los arroyos.
El trasiego de camiones cargados de áridos y materiales, las grandes grúas junto a los viaductos con los pilares apuntando al cielo, las cuadrillas de obreros que circulan por los carriles, que paran a comer en las ventas de la zona de Casabermeja o a la sombra de un volquete... El escenario es el propio de una infraestructura en plena ebullición. Fuentes cercanas al proyecto, que lidera la constructora Sacyr, calculan que a la vuelta del verano se duplicará el personal, hasta llegar a los mil trabajadores directamente implicados en su desarrollo.
Aunque nadie se aventura a fijar plazos, todo apunta a que habrá trabajo para casi un año y medio, con las miras puestas en la apertura al público a finales de 2011. En lo que sí coinciden los consultados es que, tras el bloqueo del año pasado, motivado por la falta de financiación, el presupuesto -de unos 370 millones de euros, a cargo de la concesionaria- está asegurado. Y no es poco, ante el triste panorama que pinta para algunas de las obras públicas promovidas por el Ministerio de Fomento en la provincia, que se retrasarán a causa de los recortes económicos. Paradójicamente, la concesión privada se convierte ahora en garantía de su puesta en servicio en el menor plazo posible.
La cifra de trabajadores no es la única que está llamada a despegar en breve. La previsión es que se alcancen las 300 máquinas, tanto para terminar el movimiento de tierras como para montar los viaductos y rematar los túneles. Las piezas más destacadas de esta fase serán las autocimbras -dispositivos móviles que sustentan y transportan el encofrado apoyándose sobre las pilas- y que servirán para montar los tableros de varios de los viaductos. Cinco de estas plataformas estarán operativas en simultáneo en otros tantos puentes.
El movimiento de tierras, que suma un volumen en toda la traza de doce millones de metros cúbicos, está ejecutado al 80%. Parte de lo que se extrae de los túneles se emplea luego en zonas donde es necesario rellenar; mientras que las pizarras, mayoritarias desde el kilómetro seis hacia la costa, se reciclan para los terraplenes.
Viaductos y túneles
De los 17 viaductos previstos -uno cada 1.500 metros de recorrido, lo que la convierte en la carretera más compleja que se ha ejecutado en la provincia- tres están totalmente culminados y los restantes tienen los pilares levantados, sólo a falta de los tableros. Los más destacados son dos estructuras casi gemelas, de unos 800 metros de largo y columnas de 93 metros de altura (los coches circularán a cien metros del suelo cuando estén operativos).
En cuanto a los túneles, los dos de menores dimensiones ya están excavados en avance (están comunicados por ambos extremos) y falta la destroza (la excavación en profundidad para darle la altura necesaria, de unos once metros), el acondicionamiento y los servicios. El mayor, de 1.250 metros, tiene la mitad del tubo excavado. El nivel de ejecución en el caso concreto de las estructuras está en torno al 50%.
Por lo demás, se trata de una vía de peaje en apariencia casi recta -gracias a la sucesión de grandes estructuras para superar las estribaciones de un terreno especialmente escarpado- con curvas muy suaves y dos carriles para cada sentido. Excepto en los puntos de mayor pendiente (mayor del 4%), donde tendrá tres vías para evitar que los camiones entorpezcan el tránsito.
El coste del peaje está fijado en 1,8 euros en temporada baja, desde octubre a mayo (exceptuando Semana Santa), mientras que en la temporada de verano habrá que abonar unos 2,50 euros. La velocidad máxima será de 120 kilómetros por hora en la práctica totalidad de su longitud (el 94%), con lo que el tiempo de viaje de inicio a fin se fija en unos quince minutos, frente a los más de treinta que se requiere ahora para acceder a la capital por la actual A-45.
Entre 17.000 y 23.000 vehículos circularán por ella cada día, según las previsiones iniciales de Fomento. Cuando se abra al tráfico, las estimaciones de viajeros se conviertan en realidad, una cifra que supondrá rebajar un 34% la intensidad media actual de la autovía de Las Pedrizas, por la que a diario circulan alrededor de 50.000 coches.
Pero, por encima de otras consideraciones, la autopista traerá consigo una mejora sustancial de la seguridad en el principal acceso viario a la capital y la costa desde el interior, y que ahora se hace por una carretera peligrosa, saturada, revirada y de fuertes pendientes.

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