La Cotua aprueba el PGOU de la ciudad, pero exige correcciones de carácter menor · Rechaza que las casas de El Palo se incluyan en suelo urbano y condiciona la reclasificación de La Rosaleda a otro estadio
SEBASTIÁN SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 22.12.2010 - 08:12
El Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de Málaga llega a la meta. Tras ser sometido a un ajetreado, bacheado y repleto de polémicas itinerario administrativo, el documento que dibuja el crecimiento de la capital de la Costa del Sol para el horizonte de los próximos 15 ó 20 años, con especial expansión en la zona de Campanillas y Puerto de la Torre, culmina una cuenta atrás de casi siete años.
Y lo hace después de que la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Andalucía (Cotua), que lo rechazó de pleno en junio de 2009, encendiese la luz verde a un documento sensiblemente transformado respecto a los parámetros contemplados en un inicio por el equipo de gobierno del PP. El visto bueno fue generalizado, a excepción de CCOO, que votó en contra de la propuesta por considerar que el modelo "hipoteca el futuro" de la ciudad.
Pero el aval que el organismo regional otorga al documento no es completo. Los técnicos de la Gerencia de Urbanismo tendrán que rectificar y adecuar algunos detalles del planeamiento, si bien los mismos no son de envergadura ni condicionan el contenido. Esto impide que el plan sea publicado casi de inmediato en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (Boja), aunque el concejal, Manuel Díaz Guirado, confió en que antes de final de enero estén subsanados los detalles.
La principal sorpresa para los técnicos municipales radica en la decisión adoptada con respecto a los suelos sobre los que se asientan las viviendas de El Palo, Pedregalejo, Playa Virginia, las Acacias y La Araña. Mientras el Plan General optaba por incluirlas dentro de suelo urbano, la Cotua estima que es una opción "claramente incompatible" con la legislación vigente, que exige que dichos terrenos sean dibujados como "no urbanizables". Ello, estiman desde el órgano, "permitirá realizar las actuaciones de conservación y mantenimiento de las viviendas, tal y como dispone la Ley de Costas, sin que de ello se derive su desaparición".
Al margen de las viviendas de pescadores, el informe considera "suspendidos", a la espera de ciertas correcciones, varios sectores residenciales de Campanillas, Churriana y la zona este, que suman algo más de 3.500 viviendas, por "no tener estudiados los cauces que discurren por ellos". La medida se extiende a la ordenación de los suelos de Repsol, donde se dibujan cuatro grandes torres, "por no contener el estudio acústico específico" y al Albaricocal, donde se demanda que parte de los terrenos se recojan como no urbanizables de especial protección.
Mención aparte merece La Rosaleda, cuya reclasificación para usos residencial se condiciona a que se "garantice el previo traslado" del campo actual, "con expresa indicación y calificación de los suelos donde se vaya a ubicar el nuevo campo de fútbol". Sobre lo que no se pronuncia el informe es si dicho uso se mantendría si es el actual propietario del club, el jeque Al Thani, el que impulsa y financia las nuevas instalaciones.
Otro matiz que se introduce en el documento es el relativo a la consideración del Campamento Benítez. En este punto, la Cotua informa de que para adecuarse al modelo del Plan de Ordenación Territorial de la Aglomeración Urbana de Málaga (Potaum) "se deberá incluir en este ámbito un equipamiento de carácter territorial, permitiendo que el resto de los suelos se dediquen a sistema general de espacios libres de la ciudad, pues no se incluyen los mismos en el sistema de espacios libres de carácter metropolitano". Es decir, que da pie a un parque de carácter urbano.
Tras las numerosas y evidentes exigencias de la Junta de Andalucía, el plan aprobado no prevé ni el salto de la ronda este para la construcción de medio millar de viviendas ni, sobre todo, la ocupación residencial de los terrenos de Arraijanal, que, como condición indispensable para la aprobación del planeamiento, quedan reservados como parque metropolitano, siendo además el propio PGOU el que fija las herramientas para compensar con aprovechamientos urbanísticos a los actuales propietarios de los suelos afectados.
A la reunión de ayer en Sevilla asistieron, entre otros, la delegada del Gobierno andaluz en la provincia, María Gámez, y el concejal de Urbanismo, Manuel Díaz Guirado, quienes valoraron el paso definitivo que da el planeamiento. El que no acudió fue el alcalde, Francisco de la Torre, quien tras siete años de camino sí podrá optar a la reelección en mayo con un plan para Málaga.
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