martes, 24 de marzo de 2009

Costas, inflexible: los chiringuitos saldrán de la arena (SUR)

Medio Ambiente desoye al sector, a la Junta y a los ayuntamientos, y aboga por el traslado a los paseos marítimos, algo que para los empresarios no es negociable

QUÉ DICE LA LEY
Argumentos a favor y en contra de la ubicación de los chiringuitos en la arena:
Postura del Ministerio de Medio Ambiente: La Ley de Costas determina, con carácter general, la salida del dominio público marítimo terrestre de todas las edificaciones que lo ocupen.
Posición de los empresarios: El artículo 25.2 dicta que sólo se permitirán actividades que por su naturaleza presten servicios convenientes para el uso del dominio público. A su vez, el artículo 60 del Reglamento de Costas dice que únicamente se permitirá la ocupación con aquellas actividades o instalaciones que por su naturaleza no puedan tener otra ubicación.
Posición de los ayuntamientos: Los chiringuitos pueden estar en la arena, con 150 metros por instalación y a 200 metros entre ellos. «La posición del Gobierno es clara, existe una Ley de Costas y se trata de llegar a una foto final de la situación de los chiringuitos con respeto a la ley y estudiando todas aquellas opciones que podamos adoptar y ordenar esto definitivamente». Hasta en cinco ocasiones se refirió el secretario general del Mar del Ministerio de Medio Ambiente, Juan Carlos Martín Fragueiro, a la necesaria adaptación a la normativa de los negocios de playas, lo que supondría -en una lectura estricta del articulado- la salida de la arena de estos negocios. Esta opción choca de plano con las aspiraciones de los empresarios, de la Consejería de Turismo, de los ayuntamientos costeros y del propio PSOE de Málaga.
Martín Fragueiro, presente ayer en Málaga para debatir con los subdelegados del Gobierno andaluces la situación del litoral, puso el dedo en la llaga cuando abogó por «reubicar aquellas instalaciones que no son acordes», una condición que no es negociable para los responsables de los chiringuitos.
Adaptación a la Ley
A preguntas de los periodistas, declinó hablar de flexibilidad en la aplicación del código: «Estoy hablando de adaptación a nuestra Ley. Es muy clara, hay sentencias de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo que avalan la posición del ministerio», afirmó.
Con todo, el secretario general del Mar dejó una puerta abierta a la negociación: «La sociedad nos está exigiendo que haya un respeto a las leyes, pero también tener en cuenta la situación socioeconómica derivada de ese tipo de actividades. Queremos llegar a una foto final en el plazo mas breve posible».
Al tiempo, trasladó a los ayuntamientos parte de la responsabilidad: «Tienen mucho que decir porque son los concesionarios de las concesiones administrativas otorgadas por el Estado, luego los ayuntamientos también tienen que velar por el estricto cumplimiento de la ley vigente».
El primero en responder fue Miguel Arrabal, presidente de los Empresarios de Playas de Málaga, quien afirmó que el gremio coincide con Costas en la necesidad de que se aplique la Ley. «Lo que queremos precisamente es adaptarnos a la Ley para que nos proteja, llevamos 15 años buscando seguridad jurídica», declaró. Sin embargo, su lectura de la norma es meridianamente diferente: «No hay nada que diga que los chiringuitos tengan que estar fuera de la arena. Es nuestra principal exigencia. Queremos que todos estén igual que los de Huelin y Misericordia (en la capital). La arena es irrenunciable».
Para Arrabal estos establecimientos son legales, puesto que más del 50% de la playa está libre. «El problema en playas como Ferrara (Torrox) o Santa Ana (Benalmádena) es que todos los años hay que regenerar, tirando dinero al mar», y exigió obras de estabilización definitiva.
Singularidad turística
«Este señor se olvida de que vivimos del turismo, que tiene el mismo derecho que cualquier ciudadano a disfrutar de las playas, y nosotros prestamos un servicio, no estamos invadiendo nada. Pagamos un canon anual por facilitar el uso de la playa a los visitantes y a los malagueños. Es compatible», agregó Miguel Arrabal.
A su vez, el presidente del colectivo a nivel andaluz, Norberto del Castillo, criticó, en declaraciones a Efe, que Medio Ambiente haga una interpretación más restrictiva de la normativa, y aseguró que el espíritu real de ésta es que no se ocupe más de la mitad de la playa, «y en ningún caso pasamos del 30%». Del Castillo reclamó que se estudie la situación municipio por municipio para facilitar que se ajusten a la Ley y que puedan renovarse las concesiones caducadas.
Teresa Porras, concejala de Playas del Ayuntamiento de Málaga, afirmó que sacar los chiringuitos de la playa es una «barbaridad», y aseguró que la Ley sí permite ponerlos allí, siempre que se respete un tamaño de 150 metros y una distancia de 200 metros entre ellos. «No pone en ninguna ley que se tengan que sacar al paseo marítimo, y en muchos casos tampoco se puede». Además, puso de relieve la contradicción entre los existentes en La Misericordia, que son legales hasta dentro de 15 años, y los de La Malagueta, La Caleta y Guadalmar, donde Costas no da la concesión.
El secretario general del PSOE en Málaga, Miguel Ángel Heredia, volvió a reclamar flexibilidad para abordar esta cuestión. «Los socialistas estamos con el sector de los chiringuitos de Málaga. Pedimos diálogo y acuerdo. Se trata de un sector fundamental, sobre todo en un momento de crisis y dificultad como el actual. No vamos a parar hasta que la situación de los chiringuitos de Málaga esté resuelta para la tranquilidad de los empresarios y los trabajadores». Por desgracia, la solución definitiva aún tendrá que esperar.

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