martes, 24 de marzo de 2009

La dificultad para hacerse con una vivienda protegida crece con la crisis (Málaga Hoy)

El IMV admite que hay unos 30 elegidos en el sorteo de Navidad que han renunciado a su piso
La posibilidad de convertirse en uno de los elegidos para comprar una vivienda de protección oficial (VPO), hecho que hasta hace unos años era catalogado por muchos casi como un premio de la lotería, ha pasado a convertirse en el actual escenario económico en un problema. La crisis que asuela al bolsillo de la inmensa mayoría de los ciudadanos que acuden a las convocatorias públicas de vivienda y la negativa de las entidades financieras a avalar con sus préstamos la adquisición de uno de estos pisos está haciendo que muchos opten directamente por renunciar a este supuesto premio.

Este extremo viene siendo constatado desde hace varios meses, momento en que empezaron a conocerse los primeros casos de seleccionados a los que los bancos y cajas de ahorro negaban la subrrogación de la hipoteca para hacerse con una VPO en propiedad. Situación que ya afecta también a Málaga capital. La pasada semana la concejal de Economía, Carolina España, admitió la existencia "dificultades" para las familias a las que se concedió la compra de un piso social a la hora de tramitar el citado crédito.

Una situación que, de mantenerse la actual tendencia económica, podría ir a más a finales de este ejercicio, que es cuando está previsto que muchos de los 1.301 adjudicatarios del macrosorteo de Navidad de 2006 tengan que certificar que disponen del préstamo para asumir la adquisición del inmueble.

Un listado que nada tiene que ver como el que inicialmente se extrajo del bombo, puesto que alrededor 650, mismo número que la reserva de solicitantes extraída por el IMV, han quedado excluidos del proceso público. La mayoría de ellos lo hicieron al no cumplir con los requisitos necesarios, mientras que más de una treintena, según el concejal de Vivienda, Diego Maldonado, renunciaron al piso al que tenían derecho después de que en el transcurso de los años hayan accedido a otra casa, se hayan separado de sus parejas, se hayan quedado en paro o se hayan dado cuenta de que con sus actuales ingresos no podrán tramitar la hipoteca.

Todo ello ha hecho que el Ayuntamiento de la capital haya optado por impulsar en los últimos tiempos convocatorias de viviendas en régimen de alquiler, dado que los requisitos económicos para su adjudicación son de menor índole. Una muestra son los 1.006 pisos del sector Universidad.

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