sábado, 6 de junio de 2009

Juan Moreno: «Los constructores somos también víctimas del ´boom´ inmobiliario». (LAOPINION)

El secretario saliente de la ACP cree que el sector paga las culpas de los que buscaron "dinero fácil" y dice que hay ayuntamientos en quiebra por basar su financiación en los ingresos por licencias y suelos

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ. MÁLAGA Juan Moreno es una de las personas que mejor conoce el sector constructor e inmobiliario en Málaga. No en vano, este cordobés ha ocupado el cargo de secretario de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP) de Málaga desde 1980, cuando una vivienda valía 300.000 pesetas. Acaba de anunciar su jubilación, apenas unos meses después de cumplir los 65 con un solo objetivo vital: descansar después de tantos años al pie del cañón.

–¿Qué recuerda de aquellos primeros 80 en Málaga?
–Que urbanísticamente estaba todo por hacer. Los ayuntamientos estrenaban sus primeros planes de ordenación urbana y los constructores tuvimos que colaborar estrechamente para aportar nuestra experiencia. Recuerdo esa época con mucho cariño, porque había una gran ebullición empresarial y alcaldes como Pedro Aparicio desarrollaron un gran trabajo urbanístico. En esa época se produjo la segregación de Torremolinos, donde también nos tocó asesorar.
–¿Cómo eran las negociaciones de los primeros convenios de la construcción con los sindicatos?
–Una confrontación total. Había muchos recelos todavía entre empresarios y sindicatos, y nos enfrentábamos a inflaciones anuales de entre el 25% y el 30%, con lo que las negociaciones eran durísimas, nada que ver con lo de ahora, donde todo está mucho más reglado. Hubo una crisis en el sector en el año 80, pero entonces todo comenzó a recuperarse, sobre todo a partir de la mitad de la década, y eso duró hasta entrados los 90.


–¿Por qué se produjo la famosa crisis inmobiliaria a partir del 92 en la Costa del Sol?
–Fue una caída brutal de la demanda y el turismo, no sé si por coincidir con la Guerra del Golfo. El caso es que a Málaga y a la Costa del Sol parece que le pusieron un punto rojo, y es que no había forma de vender ni una vivienda. Lo pasamos muy mal, casi tanto como ahora, aunque nos queda el consuelo de que la crisis actual es mundial. Porque la de los 90 la pagó Málaga como casi nadie más.


–A partir de entonces el sector floreció, pero muchos critican que los que se han ´puesto las botas´ son los ayuntamientos.
–Siempre hemos considerado que la financiación de los ayuntamientos es escasa de por sí, y que no era bueno que los ingresos urbanísticos por licencias y por la venta de suelos fueran la base del presupuesto de una corporación municipal. Y no me refiero a casos extremos como el de Marbella, donde lo que se produjo en etapas anteriores fueron delitos continuados por parte de ´chorizos´. Lo que digo es que los ayuntamientos han crecido durante estos años casi en exclusiva a base de los ingresos de la construcción y, ahora que ésta se ha desplomado, nos encontramos con casos de consistorios que están en situación de quiebra técnica, con unas plantillas sobredimensionadas, fruto de aquellos años, que ahora no pueden mantener. Eso es lo que hay que evitar, que no se repita de cara al futuro. Y también apostamos por una liberalización del suelo: todo lo que no sea suelo protegido en los PGOU debería estar abierto a la construcción.


–¿Resucitará el sector?
–Claro, porque la construcción se mueve por ciclos y, aunque ahora estamos en una depresión, sin duda volverá otra fase expansiva. Siempre he creído que los crecimientos desorbitados no son buenos para nadie, ni siquiera para los propios constructores. Aunque parezca raro decirlo, la subida de precios de la vivienda tan desorbitada vivida en en estos años ha sido negativa, al igual que el exceso de viviendas construidas. La estamos pagando ahora con una bajada de precios, que devolverá al mercado unos valores razonables.


–¿Es mejor comprar ahora o esperar más bajada de precios?
–Ahora es, desde luego, un momento ideal para comprar, siempre claro está que el interesado encuentre un banco dispuesto a darle una hipoteca. La crisis está rebajando los precios, pero una vez que pase éstos volverán a subir, aunque por supuesto no al ritmo de lo vivido entre 2005 y 2007.
–Viéndoles ahora, se diría que ustedes también se consideran damnificados por la crisis, a pesar de todo lo que han ganado.
–Pues es verdad: los constructores hemos sido también una víctima de esta situación. Pero hablo de los constructores de toda la vida, los que llevamos 40 años en el negocio y que hemos pasado épocas buenas y malas. El problema es que en la última etapa de éxito se acercó al sector un aluvión de personas en busca de dinero fácil. Teníamos un chiste fácil en la asociación donde veníamos a decir que cuando se juntan más de dos personas en Málaga lo más fácil era montar una inmobiliaria, y así nos ha ido.


–El IPE señala que en Málaga hay 37.700 viviendas nuevas sin vender, ¿es posible darles salida?
–El problema es que ahora competimos con las entidades financieras. Los bancos y las cajas tienen entre sus activos muchas viviendas, una gran parte de ellas obtenidas vía embargo, y necesitan darles salida. Por eso nos tememos que prioricen la concesión de hipotecas para sus propias viviendas, y no para las de las promociones que hay en el mercado. Lo que sí es seguro es que hay una demanda latente: la gente quiere comprar casas, aunque no puede.

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