sábado, 4 de julio de 2009

El botellón echa el cierre (SUR)

El Ayuntamiento prohíbe definitivamente beber fuera de los bares al no encontrar un espacio alternativo al paseo de los Curas
La policía vigilará el consumo de alcohol en zonas no permitidas

El botellón echa el cierre
La estampa de grupos de jóvenes bebiendo en el paseo de los Curas pasará este fin de semana a la historia. / SALVADOR SALAS
«Nos vemos en los bares». Parafraseando a los míticos Celtas Cortos, el concejal de Juventud del Ayuntamiento de Málaga, Elías Bendodo, anunció ayer el acuerdo de la Junta de Gobierno Local para prohibir definitivamente en la capital el consumo de alcohol fuera de los bares y terrazas. El recinto habilitado para hacer botellón los viernes y sábados (inicialmente también era los jueves) desde hace tres años en el paseo de los Curas, echará el cierre definitivamente hoy, último día en que estará permitida esta práctica en la ciudad. De manera que el siguiente fin de semana la única opción para consumir alcohol serán los propios locales de ocio. En caso contrario, quienes sean descubiertos bebiendo en la calle se enfrentarán a multas de 300 euros y el decomiso inmediato de las bebidas.
Los asiduos tendrán que esperar hasta la próxima Feria de Agosto para poder beber en la calle, pues la norma quedará en suspenso en fechas festivas como la mencionada, además de Semana Santa, Nochebuena y Nochevieja.
La medida de eliminar la zona de botellón llega tras varios meses de estudios y consultas, en los que se ha puesto de relieve la imposibilidad, dijo Bendodo, de encontrar un espacio alternativo donde trasladarlo que tuviera el consenso de vecinos, jóvenes y hosteleros. El cambio se produce en este momento, en primer lugar, por la fuerte caída de asistentes al recinto del paseo de los Curas que se produce en la época estival; pero también por el avance de las obras para la apertura al uso ciudadano de los muelles 1 y 2 del puerto, y que supondrán, previsiblemente en el mes de octubre, el derribo de la verja de hierro que separa este espacio del Parque.
Málaga pasa a formar parte del grupo de ciudades españolas donde no está autorizada esta práctica, entre las que destacan Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Valencia, Alicante, Castellón, Bilbao, Santiago de Compostela, Cádiz, Murcia, Melilla y todas las ciudades de las comunidades de Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia, Cantabria y Canarias.
Descenso de público
La prohibición viene respaldada además por los datos del estudio que el Área de Juventud ha elaborado, y que constatan un importante descenso de usuarios del 'botellódromo' malagueño. Su director, Mario Cortés, recalcó que la afluencia de público ha pasado de los 5.000 jóvenes que, como media, acudían al eje plaza de La Merced-plaza del teatro Cervantes-jardines de la Catedral, a los 1.500 que lo hacen tras el cambio de ubicación. Agregó que no se está produciendo un relevo generacional, esto es, el fenómeno -como moda que toca a su fin- pierde adeptos entre los de menor edad, y ya prácticamente no tiene seguidores entre los mayores de 25 años.
Refuerzo policial
Ante la posibilidad, puesta de relieve por los vecinos de varios distritos que han padecido este problema, de que la prohibición traiga consigo una dispersión del fenómeno en forma de mini botellones por toda la ciudad, la portavoz del equipo de gobierno municipal, Carolina España, aseguró que se producirá un refuerzo de los agentes de la Policía Local en horario nocturno los fines de semana, con un total de cincuenta agentes al día.
Estudio de alternativas
Antes de tomar la decisión, el Ayuntamiento ha analizado media docena de ubicaciones alternativas, que se han descartado por uno u otro motivo. Destaca el recinto ferial de Cortijo de Torres, que choca con la negativa de los participantes -puesta de relieve en las encuestas que ha hecho Juventud- a desplazarse hasta allí, por estar lejos de los bares del Centro; además de la oposición de los vecinos de Los Prados y el Duende y el alto riesgo de accidentes de tráfico.
En el caso de la explanada de Martiricos, además de no ser del agrado de los jóvenes y la cercanía a núcleos de viviendas en la Roca y Martiricos, se han tenido en cuenta las molestias por el tránsito de cientos de personas de madrugada por varias calles de camino a las zonas de marcha.
También se analizó la trasera de la Casona del Parque, junto a la sede del Ayuntamiento, el Banco de España y el Rectorado, que cumplía el requisito de estar cerca de los bares de copas, pero que no se ha considerado viable por razones de seguridad y por su escasa capacidad. El campus de El Ejido, el paseo marítimo de Poniente, la zona universitaria de Teatinos, y los aparcamientos junto a la Autoridad Portuaria también fueron objetivo de estudio, aunque sin éxito.
Consumo excesivo
El análisis que Juventud ha llevado a cabo sobre el botellón arroja datos preocupantes sobre el consumo de alcohol entre los jóvenes malagueños. Casi el 91% de los asistentes afirma beber combinados. Pero lo peor es la cantidad, pues la media de consumo es de cuatro o cinco copas por persona. El 87% reconoce que posteriormente se acerca a bares y discotecas del Centro, donde hacen al menos otra consumición. El 51% hace suya la frase: «Al botellón se acude para emborracharse». Una razón de peso para poner coto a esta práctica.
En esta información han colaborado
M. J. Cruzado, J. J. Buiza, A. Peláez, C. Martín, M. Periáñez y M. C. Jaime.

No hay comentarios:

Publicar un comentario