martes, 28 de julio de 2009

El palacio de la Aduana ya tiene su propio perfil ´museístico´ (La Opinión)

De ´hospital robado´, su fachada ha pasado a ser un anuncio cultural


ALFONSO VÁZQUEZ Ir en contra de los malagueños de a pie suele resultar no sólo un mal negocio sino además paradójico.
Si la tendencia electoral continúa, quién sabe si el futuro Museo de Málaga, cuya apertura está prevista para 2012, no lo termina inaugurando el Ministro de Administraciones Públicas que, hace más de una década, se negó en redondo a ´soltar´ el palacio de la Aduana, considerando que, más importante que un gran espacio cultural para Málaga era mantener ese ´bastión´ de la alicaída administración central.
El tiempo ha terminado dando la razón a los malagueños de todas las tendencias políticas que se manifestaron pidiendo ´la Aduana para Málaga´. Si el ex ministro regresa convertido en presidente, pelillos de su barba a la mar.
En todo caso, desde la pasada semana ya es posible ver cómo la Aduana ofrece una ´fachada museística´. La verdad es que bastan unos cuantos detalles para transformar lo que hoy es un ´hospital robado´ en una obra digna que adelanta parte del futuro contenido museístico.
El truco es sencillo, sólo hacen falta unos cuantos paneles y todo cambia. La zona más transformada es la travesía del Pintor Nogales, la cuesta entre la Alcazaba y la Aduana. Un gran cartelón blanco anuncia sobre lo que antes era una valla sin gracia el ´Palacio de la Aduana-Museo de Málaga´. Además, en casi todas las ventanas se han colocados motivos relacionados con el museo y el propio edificio. Gracias a estos anuncios, un fotomontaje nos muestra lo que será el ´regreso´ del techo a dos aguas de la Aduana, perdido en el incendio de 1922 y que ni los más viejos del lugar recuerdan.
En otras ventanas aparecen algunas piezas del futuro museo: jarrones y monedas antiguas de todas las épocas, marinas de Ocón, los bustos de aires clásicos que jalonan el patio central...
También hay profusión de grabados con la Aduana cuando cumplía su cometido ´marinero´. En uno de ellos, el que se encuentra en la plaza de la Aduana, puede contemplarse este edificio de un tamaño desproporcionado, escoltado por el vecino palacio de Villalcázar y una curiosidad: en el Puerto, a la izquierda, puede verse una hermosa fortificación ya desaparecida, que o bien es el castillo de San Lorenzo (recibió la orden de derribo en 1801 pero tardó unos años en hacerse realidad) o bien es la batería de San Rafael. Lo más probable es que ese ´castillo cubierto´ sea el de san Lorenzo. Los libros de Francisco Cabrera sobre el Puerto de Málaga desvelarán esta duda.

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