El hotel parado en el tiempo (La Opinión)

La obra para levantar un hotel de lujo lleva 4 años parada. Los comerciantes se quejan del aspecto de la calle

Un grupo de turistas pasaba ayer por las obras paradas del futuro hotel de cinco estrellas en la calle Granada. Carlos Criado

ALFONSO VÁZQUEZ. MÁLAGA

Ni en Las desventuras del joven Werther se encuentran tal cúmulo de desgracias encadenadas como las que padece el antiguo palacio de la familia Gálvez de la calle Granada, en el limbo constructivo, a la espera de convertirse en un hotel de cinco estrellas.

Ayer, la Sociedad Azucarera Larios (Salsa) seguía retirando la base de la grúa que, desde 2006 se encontraba detenida en el tiempo, escoltando este palacio cubierto por desvaídas telas negras.

Precisamente esta imagen de dejadez, que ha terminado por impregnar este tramo de la calle Granada entre el Museo Picasso y la Casa Natal (el más concurrido por los turistas), ha levantado serias protestas entre los comerciantes y vecinos. «Es una auténtica vergüenza, yo he visto guías turísticas que se excusan ante los turistas de cómo está la calle» cuenta Francisco Durán, de Óptica Durán, que en 2006 abandonó por las obras el local en el que llevaba 30 años, pagando un alquiler de renta antigua.

También cree que es una vergüenza Ana Montalbán, que tiene una zapatería y que vive en la casa anexa al futuro hotel. «Hay un piso y estoy esperando que entre un inquilino, pero como está esto, quién va a venir», explica, aunque también señala que los problemas de humedad que ha tenido por las obras se los han solucionado de forma rápida.

¿Qué ocurre con las obras de este palacio de finales del XVIII atribuido a Martín de Aldehuela?

El objetivo sigue siendo construir un hotel de cinco estrellas, un proyecto encargado al arquitecto Salvador Moreno Peralta. El establecimiento estaría a cargo de la cadena Hospes, especializada en este tipo de hoteles de lujo en edificios restaurados, según informa un portavoz de Salsa.

Pero como explica el portavoz, la obra de restauración empezó mal, con el hundimiento de una zona del palacio, al estar en muy mal estado. «Como medida preventiva hubo que demoler algunas zonas más como los forjados, que están atados a la fachada».

Y para preservar la fachada barroca, hubo que poner andamios estabilizados por el interior, no por el exterior de la calle, lo que habría creado muchos problemas. El resultado final fue únicamente la preservación de la fachada, al tener que demoler más zonas. Una situación, señala el portavoz de Salsa, «que no ha supuesto ninguna ventaja, supone que la obra va a costar más dinero, pero la idea es reproducir lo que había antes», recalca.

La segunda parte, resuelto el papeleo administrativo con la Gerencia de Urbanismo por la nueva situación del edificio, han sido las excavaciones arqueológicas de más de medio año de la Junta y el descubrimiento, entre otros hallazgos, de restos de muros romanos, justo donde está prevista una zona técnica muy importante para la futura cocina del hotel.

«Para que la Junta nos diera la aprobación propusimos otra ubicación», destaca el portavoz, que señala que este cambio de sitio no ha convencido a Hospes. «Esto puede derivar en que abandonen el proyecto, pero confiamos en que no sea así», recalca.

Salvador Moreno Peralta también confía en que, salvados ya todos los obstáculos burocráticos, la construcción del hotel pueda desbloquearse «antes de fin de año».

En todo caso, el portavoz de Salsa ya anuncia que se eliminarán las vallas y que una lona mucho más estética cubrirá el ajado edificio. «Esperamos reconducir la situación», señala. Lo mismo esperan los cansados vecinos y comerciantes.