El BOJA publica hoy el nuevo planeamiento, que entrará en vigor en 24 horas y que devolverá el urbanismo a la senda de la legalidad
20.05.2010 -
La alcaldesa intercambia impresiones con el delegado provincial de Obras Públicas, Vivienda y Ordenación del Territorio, en las jornadas del CIT del pasado martes. :: J-LANZA
'Habemus PGOU'. Marbella ha tardado la friolera de 24 años en tener un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que dibuje, con la legalidad con bandera, el desarrollo del municipio. Dos décadas y media desde que el Plan del 86, que ha hecho correr ríos de tinta en los tribunales, intentara esbozar un modelo de ciudad que el desaparecido Jesús Gil echó por tierra. Fue tomar las riendas del gobierno local en 1991 y comenzar a hacer y deshacer a su antojo. Ese documento, que apenas se utilizó o más bien se pisoteó, tendrá su relevo desde mañana mismo en un nuevo planeamiento que deja tras de sí más de tres años de tramitación y que intentará, no sin dificultades, poner orden a la herencia de cemento del gilismo.
La propia delegada del Gobierno andaluz en Málaga, María Gámez, anunciaba el pasado martes en unas jornadas sobre urbanismo que la publicación del PGOU de 2010 en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) era inminente. Tanto, que apenas ha tardado 48 horas en producirse. El último trámite que restaba antes de su entrada en vigor tendrá lugar esta misma mañana, según anunciaba ayer el Gobierno andaluz en un comunicado. La publicación hoy en el BOJA bendice definitivamente el Plan General, ya con las correcciones e indicaciones que marcó la Comisión del Ordenación del territorio y Urbanismo de Andalucía (COTUA) a final de enero cuando lo aprobó definitivamente. El documento, que regirá el crecimiento de la ciudad en los próximos ocho años, entrará mañana mismo en vigor y podrá echar a andar sin prisa pero sin pausa.
Siete fascículos
Era la noticia más esperada de los últimos diez días. Promotores, constructores, abogados y responsables políticos llevaban desde el pasado 10 de mayo consultando religiosamente el boletín del Gobierno andaluz a la espera de la que se produjera la 'buena nueva'. La complejidad de su publicación -se habló de siete fascículos, un dato que hoy se podrá comprobar- así como el retraso de algunos documentos que debían viajar del Ayuntamiento a la Junta tenían en ascuas a beneficiarios y afectados.
Los primeros aguardan el momento para poder desatascar licencias de apertura, de ocupación, obras precintadas o proyectos. Los segundos, preparan su artillería en forma de impugnaciones, que se esperan en avalancha por parte de los sectores descontentos con un Plan que no satisface a todos. Especialmente a los dueños del medio millar de viviendas habitadas y a pie del litoral que no encuentran acomodo mediante el sistema de compensaciones, que sí sacará del limbo a 16.500 casas ilegales siempre que los promotores cumplen con las cargas fijadas.
Trabajo de colaboración
Será sólo uno de los múltiples frentes que tendrán que atender desde mañana el Ayuntamiento, en colaboración con la Junta de Andalucía, que ha acelerado el expediente y acortado a la mitad los plazos para su entrada en vigor consciente de la importancia del Plan. Y se espera que con la misma buena sintonía de los últimos meses. «El PGOU es fruto de un intenso trabajo de colaboración y diálogo que permitirá aplicar en favor del interés general un modelo de crecimiento definido por el propio Consistorio», señaló ayer la Consejería de Ordenación del Territorio en el comunicado, donde repasaron algunas de las claves de esta nueva etapa que se abre en el urbanismo de Marbella.
De una parte, la recuperación de la normalidad urbanística, de la seguridad jurídica y de la credibilidad «en la ordenación ante la ciudadanía y los empresarios». De otra, que la ciudad será la primera del litoral andaluz con más de 100.000 habitantes en tener aprobado de forma definitiva su planeamiento de acuerdo a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA). Todo un logro si se echa la vista atrás.
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