El nuevo enlace desde Guadalmar entrará en servicio a finales de año y la conexión con la segunda ronda no tiene fecha de inicio. La única entrada actual, por la avenida Comandante García Morato, sufre retenciones a diario
01.06.2010 -
Obras del nuevo acceso Sur al aeródromo, que permitirá la conexión con la autovía A-7. ::SALVADOR SALAS
Un aeropuerto internacional con dos terminales, una de ellas recién inaugurada, con mejores servicios y aparcamientos, con una segunda pista en construcción... y el mismo cuello de botella para entrar y salir desde hace décadas. El aeródromo malagueño es el cuarto de España en volumen de viajeros y operaciones; es utilizado por 30.000 pasajeros al día en temporada baja y serán más de 45.000 dentro de apenas un mes, cuando lleguen los días fuertes del verano. Mantiene conexiones con la mayoría de países de Europa e incluso con Nueva York, pero a la hora de acceder en coche o en taxi -la opción elegida por la inmensa mayoría de los usuarios- todos tienen que pasar en fila india por el ojo de una aguja.
Desde que el buen tiempo ha vuelto a instalarse en la Costa del Sol las caravanas de vehículos en la avenida Comandante García Morato, el único acceso con que cuenta en la actualidad, se repiten casi a diario; y con ellas arrecian las críticas de los viajeros por las dificultades para acceder hasta sus vuelos. Los afectados advierten de que la situación será mucho más grave a medida que se acerque la temporada alta. La solución, un nuevo acceso desde la autovía A-7, a la altura de Guadalmar, está muy avanzada, pero no estará operativa al menos hasta finales de este año.
La tercera entrada, planificada en época de bonanza por el Ministerio de Fomento, es la que conectará con la segunda ronda, mediante un ramal que partirá desde la gran rotonda de Zapata, la misma que dará servicio a los conductores con origen o destino en Alhaurín de la Torre. Este proyecto es uno de los más firmes candidatos a quedarse en el tintero a medio plazo tras el plan de recortes en inversiones anunciado por el ministro José Blanco.
Por lo que, de momento, este verano los usuarios seguirán disfrutando de un aeródromo de primera con una entrada de tercera. El vial, que parte desde la MA-21 (antigua N-340 entre Málaga y Torremolinos), tiene numerosas deficiencias. En primer lugar, sólo hay carril en buena parte de su recorrido, con una fuerte curva para los vehículos que circulan desde la capital.
A su vez, los que proceden desde la Costa y los que lo hacen desde Málaga confluyen en una rotonda que es punto habitual de conflictos, por la coincidencia de los que acceden hacia el aeródromo o los negocios de alquiler de coches con los que tratan de abandonar estas instalaciones. La saturación de la propia MA-21 tampoco contribuye a facilitar los movimientos.
En este contexto, el nuevo acceso Sur, que se encuentra en obras, es la única alternativa viaria para hacer posible un desarrollo de estas instalaciones con garantías. A tenor del alto nivel de ejecución que presentan los tajos no parece que esté amenazada por los recortes económicos del Ejecutivo. Su coste, cercano a los 40 millones de euros, también es asumible. Actualmente ya están levantados la mayoría de los pilares sobre los que discurre, mientras que el tablero está muy avanzado en su cuerpo principal. Entre los flecos pendientes quedan el salto de las dos autovías (A-7 y MA-21), a las que sobrevolará; y los ramales de conexión, con una nueva rotonda junto a las terminales.
La carretera, con dos carriles por sentido, parte desde la rotonda de Guadalmar, discurre sobre columnas para paliar los efectos en las naves del polígono Villa Rosa, salta la antigua N-340 y continúa en paralelo a la avenida Comandante García Morato. Los trabajos, que acomete FCC, comenzaron en enero de 2008, con un plazo de ejecución de 28 meses, por lo que debía concluir en abril de este año. El retraso se justifica por la necesidad de modificar el proyecto, que inicialmente no discurría elevado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario