martes, 21 de diciembre de 2010

«El nuevo PGOU busca convertir a Ronda en un trozo más de la Costa» (La Opinión)

El arquitecto Enrique Santos Buendía, quien entre otros proyectos fue el responsable de la rehabilitación del Palacio de Mondragón


«El nuevo PGOU busca convertir a Ronda en un trozo más de la Costa»
«El nuevo PGOU busca convertir a Ronda en un trozo más de la Costa»

BLAS GIL RONDA El arquitecto superior rondeño Enrique Santos Buendía ha realizado más de 1.500 proyectos técnicos en los 32 años que lleva en la profesión y durante todo este tiempo se ha especializado en la rehabilitación de edificios históricos, entre otras actuaciones. Ello le ha supuesto que recientemente la Reina Doña Sofía le entregase uno de los galardones de los Premios Europa Nostra, con los que se reconocen las mejores prácticas a la hora de conservar el patrimonio cultural de España.

¿Qué ha supuesto para usted recibir este premio?
Pues una enorme alegría, ya que en la recuperación de la Casería de Tomillos, en la que he estado trabajando durante diez años, he podido actuar con total libertad, puesto que el propietario me ha dejado las manos libres para ello y al final hemos conseguido una buena actuación.
No es el primer edificio histórico que rehabilita...
Efectivamente. Anteriormente fui el arquitecto que dirigió la escuela taller que se encargó de recuperar el Palacio de Mondragón, donde ahora se sitúa el Museo de Ronda. Un edificio que estaba completamente en ruina lo pusimos al servicio de la ciudad en tan sólo un año. También fui el responsable de la rehabilitación de Los Molinos del Tajo, que si se pudiesen terminar del todo supondría una fuente de ingresos para la ciudad, desde el punto de vista turístico.
Fue durante un tiempo arquitecto municipal, pero lo dejó a los pocos meses, ¿por qué?
Porque no entendía la forma de trabajar de los políticos, que cuando les llegaba un proyecto a sus manos antes miraban el nombre del solicitante que el contenido del mismo y así no se puede trabajar.
Usted también destacó en la década de los 90 por la oposición que mostró a que el colector de aguas residuales de la ciudad discurriese por el cauce del río Guadalevín, por el fondo del Tajo.
Ciertamente, es que presumimos mucho del Tajo y después lo convertimos en una alcantarilla. Era impresentable, por lo que decidí encadenarme con algunos ecologistas y otros responsables sociales y vecinales en el colector para exigir otro trazado. Era un proyecto inviable desde el punto de vista medioambiental, patrimonial y cultural y al final el tiempo nos dio la razón, ya que con la primera crecida las aguas se llevaron todos los tubos por delante. Después, el colector, tal y como aconsejé en su día, ha tenido que pasar de manera subterránea por debajo de la meseta de Ronda a través de un gran túnel.
Actualmente la ciudad sigue sin aprobar el nuevo Plan General de Ordenación Urbana ni tampoco el Plan Especial del Casco Histórico; ¿esto que significa para los arquitectos rondeños?
Significa un disparate. Estamos en manos de un alcalde y una concejal de Urbanismo de turno, cuyos intereses nunca coinciden con la población y resultan difícilmente defendibles. No lo sacan adelante; primero porque no lo pagan; y segundo porque las propuestas que ofrece son inadaptables desde el punto de vista de la calidad y la historia que ofrece Ronda. Las propuestas del nuevo Plan General de Ordenación Urbana son especulativas y el único fin que busca es que Ronda se convierta en un trozo más de la Costa del Sol. Urbanizaciones y miseria medioambiental es lo que trae.
¿Siempre es tan crítico?
He trabajado durante diez años en proyectos públicos y sin embargo me encuentro postergado por la administración local, ya que me deben honorarios hasta para callarse. Además me bloquean todos y cada uno de mis proyectos y, todo, porque no soy mudo.

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