viernes, 8 de mayo de 2009

Hallan en el Teatro piletas de un ´polígono industrial´ romano (La Opinión)

Imagen de las piletas de salazones romanas Gregorio Torres

Descubren una factoría de salazones de pescado en Alcazabilla z El proyecto para urbanizar la calle definirá la forma de las visitas.

ALEJANDRA GUILLÉN. MÁLAGA El esplendor industrial que vivió Málaga en los siglos de ocupación romana es un fenómeno que ha sido respaldado por las numerosas excavaciones realizadas en los últimos años en el centro de la ciudad, que han reforzado las hipótesis de los textos clásicos que recogían esta riqueza económica derivada de la producción de salazones de pescados. 
Pero lo que nadie se esperaba es que a los pies del Teatro Romano, en plena calle Alcazabilla, la arqueología iba a sacar a la luz un claro ejemplo de la producción de la popular salsa de pescado, garum, que se distribuía por todo el Mediterráneo y Roma, la capital del Imperio. El descubrimiento reafirma la idea de que esta zona del centro urbano, que se extendería desde el edificio del Rectorado, la Alcazaba, el Teatro Romano, el Museo Picasso, hasta la Catedral, fue desde finales del siglo III a finales del IV una especie de ´polígono industrial´ para la elaboración de los salazones de pescado, formado por factorías de piletas y viviendas de propietarios y esclavos. "Cuando el Teatro pierde su papel de adoctrinamiento y culto, se deja de utilizar y la zona se convierte en un gran complejo industrial", explican los arqueólogos.
En la excavación, realizada a través del convenio entre la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, se descubrió por sorpresa una pileta de salazón en un buen estado de conservación. 
La importancia y el interés que despertó el hallazgo hizo que el equipo arqueológico, formado por Manuel Corrales, Carmen Peral, Luis Efrén Fernández, Ana Arcas e Itziar Merino, decidiera profundizar en su investigación ampliando la extensión de las catas arqueológicas. 
Y el secreto se desveló a cuatro metros de profundidad. Apareció una factoría de salazones en buen estado de conservación, compuesta por un total de siete piletas de distintas dimensiones y formas. La estructura, adaptada a la topografía del terreno, está alojada en un muro perimetral bajo, que soportaba una especie de cubierta de cerámica de tégula imbrices, posiblemente a dos aguas. El conjunto arqueológico se completa con la aparición de un muro intermedio de separación entre varias piletas, un escalón adaptado al terreno y las bases de los pilares de apoyo del techo. 
El gran valor histórico de los restos descubiertos ha motivado la decisión de recuperar y la puesta en valor de este complejo industrial, que podrá ser visitado por el público. En este sentido, apuntan que ahora se va a trabajar de una forma coordinada entre la Junta, el Ayuntamiento y los redactores del proyecto de ordenación urbana de la calle Alcazabilla para estudiar la forma de su puesta en valor, porque en un principio, Urbanismo preveía pavimentar todo el ancho de la vía. 
Vestigios. Este conjunto arqueológico se podrá visitar bien desde abajo, accediendo desde el propio Teatro Romano o contemplarlo desde la misma calle, lo que supondría dejar los vestigios totalmente al descubierto.
Además de la puesta en valor, la empresa Chapitel se encarga de la restauración de las piletas. El proceso de recuperación se divide en varias fases, desde la limpieza y el relleno de las lagunas con capas de mortero, hasta la consolidación de las zonas desprendidas. 
El descubrimiento de cientos de kilos de pescado, ocultos por los restos de las tejas de la techumbre que se desplomaron sobre una de las piletas, ha permitido datar los restos con más precisión y conocer las especies marinas que se utilizaban para los salazones, como atún rojo, sardina, boquerón, jurel, liza y brótola de roca, que se han detectado en las diversas analíticas.

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