viernes, 8 de mayo de 2009

Rascacielos en el aire (SUR)

Las dificultades de las promotoras dejan en manos de los bancos las torres de Repsol y parte del proyecto de La Térmica
Miles de viviendas, también en suspenso por los apuros del sector


Rascacielos en el aire
Aspecto de los antiguos terrenos de Repsol para los que hay previsto un proyecto de rascacielos que ha sido asumido en su mayor parte Caixa Galicia. / S. SALAS
Se presentaron como grandes proyectos, por su tamaño, por su proyección y por la metamorfosis que suponían para el entorno donde se preveía que se alzaran. Ahora, sobre ellos ser ciernen oscuros nubarrones que siembran la incertidumbre sobre si algún día llegarán a ver la luz. Primero fueron las torres de Repsol. El pasado otoño se conocía que una entidad financiera asumía el proyecto al no poder acometerlo la promotora que lo presentó. Ahora, corre idéntica suerte parte del proyecto de las torres de la Térmica. Los apuros económicos de las promotoras están provocando que proyectos estrella de este tipo y muchos otros de menor proyección estén terminando en manos de las entidades financieras como medio para saldar las deudas con compañías que se encuentran en una situación de bancarrota. La situación abarca a todo el territorio nacional y Málaga no escapa a ella, hasta el punto de que, en los últimos meses, miles de viviendas proyectadas en la capital han pasado a manos de diferentes entidades financieras.
Según pudo comprobar este periódico, son numerosas las promociones que han sido asumidas por los bancos en la ciudad, en mayor o menor porcentaje, desde las más emblemáticas incluidas en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), todavía pendiente de aprobación por parte de la Junta de Andalucía, hasta las que estaban a punto de colocar la primera piedra.
El primer caso de más calado, el de las torres de Repsol, fue dado a conocer por SUR en octubre del año pasado, cuando la promotora granadina Comarex se deshizo del proyecto de torres de pisos planteado para los terrenos que ocuparon los depósitos de Repsol, junto a la avenida de Juan XXIII. La salida de Comarex dejó la actuación en manos de Caixa Galicia, que posee un 75% de las acciones, y del Grupo Dae, que mantiene el 25%.
La incertidumbre de la crisis se cierne sobre este proyecto de 1.300 viviendas, que incluye cuatro grandes torres de pisos -una de ellas un rascacielos de 186 metros de altura- que deberán recortarse para dar cumplimiento a las restricciones impuestas por un informe de Aviación Civil. Sin embargo, fuentes cercanas a esta actuación confiaron en que tales recortes no sean demasiado drásticos finalmente y apostaron por mantener el plan para los antiguos terrenos de Repsol en el nuevo PGOU.
Paseo marítimo
También tendrán que experimentar una reducción las cuatro torres de pisos que el Plan General para la Málaga de la próxima década dibuja en el ámbito de La Térmica. Dos de ellas serán promovidas por la sociedad Nueva Marina Real Estate, tras la que se encuentra Endesa, y las otras dos iban a serlo por la empresa Reyal Urbis y por Banesto. Sin embargo, según señalaron fuentes cercanas al proyecto, la actuación ha quedado en manos de los bancos ante las dificultades de Reyal Urbis para continuar asumiéndola en una gran parte. Así, Banesto posee el 30% del plan para Torre del Río y el BBVA asume el 70% restante.
En esta zona está prevista la construcción de unas 670 viviendas de un singular diseño que, con la coordinación de la empresa Ejecución del Planeamiento, prevé dos torres de unos cien metros de altura, unas 28 plantas más baja. Sin embargo, estos bloques deberán perder una decena de ellas, aproximadamente, para adaptarse a las limitaciones que impone un informe de Aviación Civil.
La Princesa
También en el ámbito oeste de la capital, una gran parte del proyecto residencial para la zona industrial de la Princesa, donde están previstas unas ochocientas viviendas, ha pasado a manos de los bancos. Diursa, uno de los propietarios de la actuación junto con el Grupo Pinar, ha derivado su participación hacia Unicaja y, en menor medida, Caja Segovia. De este modo, en la decisión de estas entidades queda el futuro de unos cuatrocientos hogares que ocuparán lo que hasta ahora han sido naves industriales.
Asimismo, Unicaja ha terminado haciéndose con el proyecto de doscientas viviendas que la promotora Baensa había previsto junto al nuevo mercado del Carmen, en la zona del Perchel. Fuentes de esta sociedad confirmaron que, finalmente, la caja malagueña ha asumido esta promoción, que iba a generar una fachada para la calle de nueva creación que comunicará La Serna con Eslava.
Fuentes de Unicaja precisaron que los activos de suelo que se está viendo obligada a adquirir no suponen un volumen económico demasiado elevado y aseguraron que se trata de proyectos que tendrán una buena salida cuando el mercado inmobiliario se recupere.
La rumorología se extiende sobre otros muchos planes urbanísticos en Málaga que podrían encontrarse en esta misma situación. Sin embargo, algunas promotoras son reacias a confirmar esta circunstancia.
No obstante, expertos consultados indicaron que lo más probable es que la asunción de promociones inmobiliarias por parte de los bancos prosiga en lo que queda de año. «Hay estudios que señalan que, a finales de este año, entre el 80% y el 90% del suelo urbanizable del país será de las entidades financieras», precisó uno de ellos. «No es plato de buen gusto para los bancos, pero no les queda otra ante promotoras que no pueden pagar sus deudas», dijo.
Sin embargo, esta compra de activos inmobiliarios supondrá a la postre una ralentización de las promociones. «Los bancos no son promotoras, por lo que no van a iniciar urbanización ni construcción alguna de viviendas, a lo sumo dejarán todos los trámites urbanísticos previos listos, a nivel de planeamiento, para el proyecto en cuestión, pero nada más», comentó un experto en derecho urbanístico. «Esto va a suponer una paralización para el urbanismo en Málaga», recalcó.
No obstante, algunos de los acuerdos de compra de proyectos con promotoras incluyen una cláusula para que, en el caso de que la situación financiera de la empresa inmobiliaria en cuestión mejore en el plazo de dos o tres años, pueda ésta retomar el plan urbanístico adquirido por el banco.
Reactivación
Con todo, esta situación ha supuesto una reactivación de las sociedades inmobiliarias que las compañías bancarias crearon con motivo de la crisis económica de mediados de los noventa y que se encontraban aletargadas.
La pregunta que cabe hacerse ante este panorama es hasta cuándo los bancos mantendrán en su poder las propiedades compradas, y la respuesta resulta complicada.
Según los expertos, 2009 va a continuar siendo un año negro para las empresas del mercado inmobiliario, así que cada vez más proyectos caerán en manos de las entidades financieras, a las que no supone demasiados costes seguir gestionándolos a la espera de que lleguen tiempos mejores en los que devolverlos a las promotoras.

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