viernes, 8 de mayo de 2009

Industria considera el litoral malagueño idóneo para instalar parques eólicos (SUR)

El mapa estratégico del Gobierno sólo restringe estas infraestructuras enlas inmediaciones de los puertos 

La mayor parte del litoral de Málaga es apto para producir electricidad. Así se pone de relieve en el estudio estratégico para la implantación de la energía eólica marina, elaborado por los ministerios de Industria y Medio Ambiente. Este mapa es el elemento clave para que las empresas puedan presentar proyectos, ya que señala las zonas aptas, las que tienen algún tipo de limitación y las que se excluyen, tanto por su impacto ambiental como por su intromisión en el tráfico marítimo y la pesca.
Así lo pusieron de relieve ayer los responsables de la Asociación de Promotores y Productores de Energías renovables (Aprean) durante unas jornadas organizadas por la Asociación de la Prensa, en las que participaron el presidente de la patronal, Mariano Barroso, y varios expertos en la materia.
En la franja costera malagueña aparecen en rojo (prohibidas) casi exclusivamente las inmediaciones de los puertos comerciales, deportivos y pesqueros. Antonio Hormigo, responsable de la zona sur de Endesa Cogeneración y Renovables, fijó un horizonte de unos diez años hasta que el primer parque de este tipo pueda ser realidad. Paradójicamente, el mapa considera a la costa de Málaga más apta incluso que la de Cádiz, uno de los puntos con más días de viento de la Península.
El estudio de Industria deja fuera de esta posibilidad amplias zonas de Galicia, de Cádiz, de Almería, de Murcia, de la Comunidad Valenciana y de las islas.
Cimentación compleja
Como ventajas, Hormigo citó el alto potencial de generación de electricidad de este tipo de instalaciones, en las que cada molino puede producir por sí solo más de tres megavatios, en parques de 100 megavatios. Además, el viento en el mar es más constante que en tierra y la prima prevista alcanza el doble de lo que se paga por un molino tradicional.
Al tiempo, apuntó a la posibilidad de que el emplazamiento sea compartido por piscifactorías. Sin embargo, este experto advierte de que el inconveniente principal es la batimetría del fondo submarino y la profundidad en muchos puntos, que alcanza los cien metros, cuando lo ideal es que la cimentación se produzca entre 12 y 20 metros. A ello, se une la necesidad de preservar los yacimientos arqueológicos y el complejo procedimiento administrativo y los interrogantes sobre su tramitación, que aún no se han despejado.

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