El Plan General legaliza la ampliación de La Cañada a cambio de que el empresario ceda suelo para crear el recinto ferial, sin pagar su construcción
PRINCESA SÁNCHEZ. MARBELLA La ampliación del centro comercial La Cañada, propiedad del empresario imputado en la ´operación Malaya´ Tomás Olivo, se mantiene en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Marbella. Lo que varían son las compensaciones que le corresponden por legalizar las naves que construyó en un suelo que tiene la calificación de rústico en el PGOU vigente, de 1986.
Olivo es propietario de 485.152 metros cuadrados en esta zona. Para desarrollarlos, deberá ceder al Ayuntamiento 71.346 metros cuadrados para equipamientos, 22.249 para la construcción de viarios, 87.327 para áreas libres y otros 97.030 para infraestructuras locales.
Parte del área de equipamiento se destinará a la construcción del recinto ferial definitivo de Marbella, tal y como estaba previsto. La diferencia es que ya sólo deberá ceder el terreno y no tendrá que pagar su ejecución, una obligación que si se le exigía en el documento urbanístico aprobado provisionalmente el pasado mes de octubre.
El nuevo texto, listo para una nueva aprobación provisional programada para antes de agosto y al que ha tenido acceso este diario, cambia también la ubicación de la tercera fase de La Cañada.
Los terrenos con la calificación de sistema terciario, y por tanto compatibles con el uso comercial, pasan de la parte inmediatamente superior al centro comercial, donde inicialmente se dibujaba el recinto ferial, a la zona norte, junto al área de alcornocal conocida como La Serranía. De esta forma, la situación del recinto ferial vuelve a su lugar originario: al norte de La Cañada, según confirmaron fuentes municipales.
La construcción del nuevo polígono industrial de Marbella, que también afecta a esta zona, se mantiene en el lugar que solicitaban sus empresarios, en el área donde se sitúa el alcornocal. En esta zona, los empresarios cuentan con más de 849.005 metros cuadrados para trasladar sus naves, que actualmente se ubican a la entrada de la ciudad.
Eso sí, deberán respetar el alcornocal. El nuevo documento urbanístico elaborado por el arquitecto Manuel González Fustegueras, bajo las directrices del gobierno municipal del PP, les obliga a conservar el arbolado existente en la zona y que delimita como zonas verdes dentro del recinto industrial.
Las naves del polígono deberán integrarse con alrededor del millar de árboles que hay en esta parcela y que han quedado protegidos por la Consejería de Medio Ambiente como zona verde, de acuerdo con las demandas de Ecologistas en Acción.
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